Si estás buscando un lugar especial para una escapada cerca de Madrid, no puedes dejar de visitar Patones de Arriba. Este pequeño pueblo en la sierra norte de Madrid te transportará a otra época con su encanto y arquitectura únicos.
Patones de Arriba se encuentra a unos 60 kilómetros al norte de Madrid, en plena Sierra de Guadarrama. Para llegar, solo necesitas tomar la carretera A-1 en dirección a Burgos y luego desviarte hacia la carretera M-102. En poco más de una hora desde la capital, te encontrarás en este encantador pueblo, rodeado de naturaleza y alejado del bullicio de la ciudad.
Un poco de historia: el origen de Patones de Arriba
Patones de Arriba tiene un origen que se remonta al siglo XVI. Según cuenta la leyenda, el pueblo fue fundado por pastores que buscaban un lugar seguro y aislado para protegerse de las invasiones. Su ubicación, en la ladera de una montaña y con vistas estratégicas al valle, hizo de Patones de Arriba un lugar casi inaccesible durante siglos.
Se dice que, durante la Guerra de Independencia, el pueblo fue llamado “El Reino de Patones” por no ser conquistado por las tropas napoleónicas. Este aislamiento permitió que Patones de Arriba mantuviera su esencia medieval, algo que lo hace tan especial hoy en día.
Lo que realmente diferencia a Patones de Arriba de otros pueblos de Madrid es su arquitectura negra. Las casas están construidas con pizarra, un material típico de la zona que le da ese color oscuro característico. Este estilo arquitectónico único ha convertido a Patones de Arriba en uno de los pueblos más bonitos y mejor conservados de la comunidad.
Además, el pueblo ha sabido preservar su encanto rústico. Sus calles empedradas, sus fachadas de piedra y sus rincones llenos de flores ofrecen un paisaje pintoresco que parece sacado de un cuento. Todo esto, sumado a su tranquilidad y belleza natural, hace que sea un destino ideal para desconectar y disfrutar de un entorno auténtico.
¿Qué puedes hacer en Patones de Arriba?
Patones de Arriba es un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad. Puedes comenzar tu visita explorando sus calles estrechas y empinadas, disfrutando de las vistas y de la arquitectura tradicional. A lo largo del recorrido, encontrarás pequeños restaurantes y tiendas de artesanía que te permitirán degustar la gastronomía local y llevarte algún recuerdo.
Si te gusta el senderismo, estás de suerte. Desde el pueblo parten varias rutas de senderismo que te llevan a través de la Sierra de Guadarrama.
Una de las más populares es la ruta del Canal de Isabel II, que recorre antiguos canales y acueductos en medio de la naturaleza. También puedes optar por la ruta hacia la Cueva del Reguerillo, una cueva de gran valor geológico.
Para los amantes de la historia, el Ecomuseo de Patones es una parada obligatoria. Este museo al aire libre muestra la vida en el pueblo siglos atrás, con reproducciones de viviendas y herramientas antiguas.