Costco es mucho más que un simple supermercado, para muchos, es un paraíso de ofertas al por mayor. Pero detrás de sus precios atractivos, la tienda utiliza tácticas inteligentes para que termines gastando más de lo que planeaste. Aunque creas que eres cuidadoso con tu dinero, es probable que ya hayas caído en algunas de estas estrategias.
Entradas que te sorprenden
Nada más entrar a Costco, te reciben productos costosos: televisores enormes, electrodomésticos de lujo y joyas brillantes. Esto no es casualidad. Al mostrar primero precios altos, tu cerebro compara y los artículos normales te parecen baratos en comparación.
Así, lo que viniste a comprar parece una ganga, aunque en realidad estés gastando más. Esta primera impresión establece un patrón: todo lo que sigue se percibe como un “buen trato”, y tu carrito empieza a llenarse sin que lo notes.

Ofertas limitadas y el FOMO
Costco sabe cómo jugar con el miedo a perderse algo, conocido como FOMO. Carteles como “¡Solo por tiempo limitado!” o “¡Oferta del día!” crean urgencia. Aunque solo querías comprar papel higiénico, de repente terminas llevando docenas de jabones, galletas o conservas.
La verdad es que muchos de estos productos regresarán pronto, pero mientras tanto, tu impulso de no perder la oferta llena tu carrito. Esta técnica funciona porque hace que tu cerebro priorice lo inmediato sobre lo que realmente necesitas.
Muestras gratis: la estrategia irresistible
Un pequeño puesto de degustación puede cambiar toda tu visita. Pasas sin intención de comprar, pruebas un bocado y, de repente, tu carrito incluye cenas congeladas, quesos o snacks.
Las muestras aumentan las ventas de esos productos hasta en un 30%. Además, el personal amable refuerza la decisión de compra. Es simple, pero funciona: tu cerebro asocia gratificación inmediata con el producto y termina comprándolo.

Membresía y ambiente diseñado para gastar
Pagar la membresía no solo te da acceso a precios bajos; también te hace querer “aprovecharla”. Si ya invertiste 65 o 130 dólares, inconscientemente sientes que debes comprar más para recuperar esa inversión.
Además, el ambiente de la tienda está pensado para que pierdas la noción del tiempo: pasillos largos, iluminación uniforme y sin ventanas ni música que marque el ritmo. Cuanto más tiempo pases explorando, más productos descubres y más lleno queda tu carrito.