Donald Trump ha encendido la conversación nacional una vez más. Esta vez, su blanco no es un rival político, sino una de las marcas más reconocidas del planeta: Coca-Cola.
En una publicación en su red social Truth Social, el expresidente aseguró que la icónica bebida cambiará su fórmula… por su insistencia. Y aunque nadie lo ha confirmado, el ruido ya es ensordecedor.
Un anuncio inesperado y sin pruebas
Todo comenzó con un mensaje directo en Truth Social. Trump afirmó que Coca-Cola eliminará el jarabe de maíz de alta fructosa de su receta en Estados Unidos, para reemplazarlo con azúcar de caña. Asegura que este cambio ocurre gracias a él, y forma parte de un supuesto plan nacional de salud.

Nadie, ni la empresa ni ninguna agencia oficial, ha confirmado nada, tampoco lo ha hecho Robert F. Kennedy Jr., a quien Trump señala como su secretario de Salud.
Aun así, la afirmación generó revuelo en la industria, en los medios y entre consumidores. Y eso, al parecer, es suficiente para que el mensaje se viralice.
Una cruzada “saludable” con excepciones
Trump dice que este cambio busca proteger la salud pública. Y que su administración, en un hipotético regreso, atacaría los aditivos artificiales y los edulcorantes en alimentos procesados.
Pero hay una excepción notable: la Coca-Cola Light, su bebida favorita, no se vería afectada. Durante su presidencia, tenía incluso un botón rojo para que se la llevaran al momento en la Casa Blanca. Es decir, el producto que él consume sigue intacto, el que tomaría la mayoría de la gente, no.

Esto ha llevado a muchos a cuestionar si se trata realmente de una medida sanitaria o de un gesto más simbólico que práctico.
Agricultores en alerta y tensiones económicas
Si se elimina el jarabe de maíz, no solo cambia el sabor: también afecta a una enorme red de productores. El maíz es uno de los pilares de la economía agrícola estadounidense.
Los refinadores ya se están movilizando. John Bode dice que el cambio no tiene base científica y puede causar pérdidas y mayor dependencia del azúcar importado.
Para ellos, la movida no se trata de salud, sino de una estrategia populista con tinte económico.
¿Una verdadera reforma o solo otro show?
A estas alturas, muchos reconocen el patrón. Trump lanza una declaración provocadora, sin documentos, sin confirmar nada, pero logra que todos hablen de ello. No es la primera vez, ni será la última.
Lo cierto es que Coca-Cola no ha negado la posibilidad, solo ha dicho que “pronto compartirán novedades”. Puede que nada cambie, o puede que sí. Pero Trump ya logró lo que quería: protagonismo, polémica y titulares.
¿Será una batalla real contra los ingredientes procesados? ¿O solo otra jugada de campaña con sabor dulce? De momento, todo sigue igual… pero con un giro inesperado en cada sorbo.