Lamine Yamal se mosqueó cuando Flick le sacó del campo durante el Barça-Young Boys de Champions League la semana pasada. Y la escena volvió a repetirse en Vitoria.
Flick decidió sustituirle en el minuto 67 colocando en su lugar a Ansu Fati. Y Lamine Yamal no se lo tomó bien.
Su lenguaje gestual mientras se dirigía al banquillo hablaba por sí mismo. Luego, su compañero Fort tuvo que calmarle mientras pronunciaba palabras irreproducibles.
La conversación Flick-Lamine Yamal
Hansi Flick hizo ver como que no se enteraba de lo que estaba sucediendo. No quería montar un numerito en pleno césped ante todos.
Pero una vez finalizado el partido, en la caseta y antes de iniciar el viaje de regreso a Barcelona, el técnico le llamó para hacer un aparte con él.
Flick le volvió a recordar que el Barça es un equipo de 24 jugadores y que todos tienen el mismo derecho a jugar. También le dijo que nadie protesta cuando él juega y que le debe un respeto a sus compañeros.
Y le dijo que también dejó a Koundé en el banquillo por el mismo motivo por el que le sustituyó a él: sobrecarga de partidos.
Por qué se enfadó Lamine Yamal
Lamine aceptó el rapapolvo, pero quiso aclararle a Flick que su enfado no estaba motivado por el cambio. Se molestó consigo mismo porque se iba del partido sin haber aportado lo que debía.
A Lamine le habría gustado seguir unos minutos más para borrar en los instantes finales el mal sabor de boca que le dejaron sus 67 minutos de partido. Y es que Lamine es como Messi: quiere jugar siempre.
Flick también le recordó que es uno de los futbolistas que más minutos ha jugado en el Barça y que con el parón de selecciones no va a descansar. Es más, va a saturarse con más partidos. Y lo que menos desea el Barça es perderle por lesión.
Lamine jugará con toda probabilidad los dos partidos de la selección contra Dinamarca y Serbia. Y luego le espera un calendario de infarto contra el Barça: Sevilla, Bayern de Múnich, Real Madrid y Espanyol.
Nunca es buen momento para dar descanso a Lamine Yamal. Pero ganando por 0-3 en Vitoria ante el Alavés, su concurso era menos necesario. Además, Flick quería ver en acción a Ansu Fati.
No hubo incendio
El técnico germano tiene las ideas muy claras sobre las rotaciones. Tiene programados los minutos que debe jugar cada uno y va a tratar de combatir al despiadado calendario con rotaciones inteligentes y descansos de medio partido.
El tema no pasó a mayores. Lamine lo entendió. Una experiencia más en su todavía corta trayectoria como futbolista profesional.
No hubo incendio, aunque lo pareció por las imágenes que se vieron por TV de Lamine Yamal en el banquillo.