Lo ha explicado Pau Cubarsí en El Partidazo de la Cope. En el vestuario del Barça hay cinco capitanes, pero mandan dos jugadores. Son los amos del vestuario.
Se han ganado el respeto del grupo y su talante dialogante y sincero les ha servido para llegar a capitanes.
Hay tres más, pero ninguno manda como ellos. Ter Stegen y Frenkie De Jong forman un grupo de presión, con voz y mucho peso en el vestuario, pero están por debajo de Raphinha y Araújo en el escalafón.
El encargo de Hansi Flick a los capitanes
Pedri, por su parte, lidera junto a Gavi el grupo de jóvenes canteranos y españoles. Íñigo Martínez es el que se encarga de unir con su carisma las sinergias de todos los grupos. Él es de todos.

En cambio, Lamine Yamal, a quien se le supone mucho peso, apenas tiene ascendencia entre sus compañeros. Le siguen viendo como si fuera la mascota del equipo.
Raphinha, Araújo, De Jong, Ter Stegen y Pedri, como capitanes, recibieron en el inicio de la temporada el encargo de Hansi Flick de mantener la armonía y unión de la plantilla.
El técnico les pidió que evitaran que se encallasen los problemas de convivencia y que acudieran a él cuando lo creyeran necesario.
Y lo cierto es que la salud del vestuario blaugrana es excelente a nivel de convivencia. Flick sabía que la base del éxito estaba en la buena convivencia y los capitanes se han encargado de conseguirla.
Ni Raphinha ni Ronald Araújo son los más veteranos de la plantilla, aunque no son nuevos en el club.

Los méritos de Raphinha y Araújo
Raphinha se ha ganado la ascendencia dentro del grupo por su talante, por su capacidad de liderazgo, por su calidad en el césped y por su experiencia internacional. Ha jugado en Portugal (Vitoria Setúbal y Sporting de Lisboa), Francia (Stade Rennais) e Inglaterra (Leeds United). Y sus vivencias son muy importantes para un grupo en el que dominan los jóvenes.
Ronald Araújo, por su parte, es extranjero, pero lleva muchos años en el club. Llegó para fichar por el Barça Atlétic y de allí dio el salto al primer equipo como un canterano más.
Por eso es tan apreciado entre los jugadores de casa. Entiende al que viene de fuera y al que llega de casa.
Son los amos del vestuario. Los que toman las decisiones y los que negocian con el entrenador, director deportivo o presidente cualquier problema que pueda surgir en el vestuario.
Son también los responsables de un buen rollo interno que ha llevado al Barça a lo más alto.