En la Masia no hay respiro. Cuando no es un debut en el primer equipo, es una salida inesperada. Y no todas duelen igual.
Algunas dejan huella, sobre todo si se trata de jugadores llamados a tener futuro. O si quien se los lleva sabe perfectamente lo que se está llevando.
Este es uno de esos casos. Porque se marcha un futbolista con talento, con proyección, con físico. Y porque quien se lo lleva lo ha hecho con sigilo, pero con una sonrisa que lo dice todo.
Gerard Piqué se ha llevado al Andorro a Jan Virgili, el talento más grande de La Masía tras la aparición de Lamine Yamal. Flick no se lo ha llevado a la gira, pero tampoco está para jugar con el filial.
Pîqué ha sido listo y se lo ha llevado al Andorra, en donde podrá jugar muchos minutos en Segunda División. Y Laporta, además, se lo ha agradecido.
El Barça lo tenía bien valorado
Jan Virgili era una de las grandes esperanzas del fútbol base blaugrana. Titular en el Juvenil A, ya había debutado con el filial y contaba con informes muy positivos dentro del club.
Técnicamente muy dotado, agresivo en defensa y con recorrido ofensivo, era el perfil que más encajaba para futuros planes del Barça Atlètic.
Su crecimiento estaba siendo seguido por varios clubes. El Valencia insistió mucho en ficharlo. También se interesaron Celta y Real Oviedo, pero sin éxito.
Quien se lo lleva finalmente es el FC Andorra, propiedad de Gerard Piqué.
Un fichaje con nombre propio
El club andorrano recibirá s Virgili como cedido un año sin opción de compra. Flick sí ve en Virgili un futuro jugador del primer equipo blaugrana, pero necesita madurar. Además, tras la llegada de Marcus Rashford veía aún más complicada su progresión en el club blaugrana.
En ese contexto, el acuerdo con el Andorra cobra sentido. El proyecto es sólido, con minutos asegurados y protagonismo desde el primer día.
Y la sensación que queda es clara: Piqué ha sabido moverse más rápido que nadie. Y lo ha hecho en casa.
Como quien conoce cada rincón. Porque lo conoce.