Pedri volvió a demostrar por qué es el alma de este Barça. En una noche de Champions llena de tensión y emociones, el joven canario apareció cuando más se le necesitaba. No marcó, pero asistió y eso, en su fútbol, vale casi lo mismo.
Con su magia en los pies, movió el equipo, encontró espacios imposibles y sirvió una asistencia clave. Es el jugador que todo entrenador quiere tener. Inteligente, elegante y decisivo, Pedri no se esconde nunca, ni siquiera ante el Inter.
Un empate que sabe a poco
El Estadio de Montjuïc brilló. El Barça peleó, pero el empate 3-3 deja un sabor agridulce. Un punto que no basta, pero que mantiene viva la esperanza, todo se decidirá en la vuelta.

A pesar de algunos errores defensivos, el equipo no bajó los brazos. Y en medio de ese caos, ahí estaba Pedri, calmando el juego con su pausa y precisión. Su asistencia fue una bocanada de aire para un equipo que aún cree.
Un mensaje directo al corazón culé
Nada más acabar el partido, Pedri subió una imagen a sus redes sociales. No necesitó muchas palabras, solo una: "Believe". Creer.
Una palabra que lo dice todo. Un mensaje claro para la afición. Cree en este equipo, cree en este escudo, cree que, aunque el camino sea duro, el Barça lo va a dar todo por volver a lo más alto de Europa.
El peso de ser referente y tener solo 21 años
A veces cuesta recordar que Pedri tiene apenas 21 años. Por la forma en la que juega, por cómo habla, por cómo lleva la presión. Pero está claro: es un líder en silencio.
Mientras otros se desesperan, él se enfoca. Mientras el partido arde, él piensa y mientras la grada sufre, él transmite esperanza. Su mensaje no es casual, es un grito de confianza, una llamada a no rendirse.
Todo por decidir
El Barça no lo tiene fácil, pero sigue en la pelea y con jugadores como Pedri, todo es posible. Porque cuando el balón pasa por sus pies, el fútbol sonríe. Y los culés también.
El partido de vuelta será una final anticipada. El margen de error es mínimo. Pero si hay algo que dejó claro el mensaje de Pedri, es que el equipo cree y que los aficionados deben hacer lo mismo.
Porque a veces, lo único que hace falta para cambiarlo todo… es creer.