Pau Víctor ha dicho basta, el delantero, fichado del Girona por unos 2,5 millones de euros, no ha encontrado su sitio en el FC Barcelona. A pesar de haber formado parte del primer equipo durante toda la temporada, su presencia ha sido testimonial.
Solo ha sido titular en dos ocasiones, y en partidos de escasa relevancia. El resto del tiempo ha vivido a la sombra, viendo pasar oportunidades que nunca llegaron. A sus 23 años, no puede permitirse otra campaña igual.
Su caso es peculiar, no es un joven recién salido del filial, pero tampoco un veterano. En el vestuario, no se le ve como uno de los pilares y eso también pesa. Ha quedado atrapado entre generaciones, sin una verdadera conexión grupal, todo esto ha influido en la decisión que ya ha tomado.
La decisión está tomada
Pau ya se lo ha comunicado a Deco, quiere marcharse este verano. No lo hace por capricho, lo hace por necesidad, su objetivo es claro: jugar, crecer y demostrar su valor. No puede seguir en un rol secundario si aspira a consolidarse en el fútbol profesional.
Deco ha entendido su postura y el club no le cerrará la puerta, es más, facilitará su salida, aunque con condiciones. El Barça no quiere perder el control sobre un jugador en el que aún ve potencial.
Por eso, se valora una cesión o una venta con opción de recompra. En cualquier caso, Pau saldrá, pero con un lazo aún atado al Camp Nou.
El mercado ya se mueve
Pese a su bajo protagonismo, Pau Víctor tiene mercado. Varios equipos de La Liga ya se han interesado por él, saben que su calidad no ha desaparecido, simplemente no ha tenido continuidad.
Además, también hay propuestas del extranjero sobre la mesa. Francia, Bélgica y algún equipo de la Serie A han preguntado por él.
La ventaja para Pau es que podrá elegir, no quiere precipitarse, busca un proyecto que le ofrezca minutos, confianza y estabilidad. Su entorno trabaja ya en filtrar las opciones. La decisión final no tardará mucho, pero se tomará con cabeza.
Un adiós, pero no definitivo
Aunque su salida es casi segura, Pau Víctor no cierra la puerta al Barça para siempre. Su contrato sigue vigente hasta 2029. Si las condiciones se dan, podría volver, pero ahora mismo, el foco está en salir y rendir.
El Barça, por su parte, también se beneficia. Libera espacio en la plantilla y mantiene el control sobre un futbolista que, si explota en otro entorno, puede regresar con más fuerza. Todos ganan.
Pau se va, sí. Pero lo hace con respeto, agradecido y con la ilusión de quien aún tiene mucho por demostrar. Ahora empieza su verdadero reto.