El Barça Femenino levantó su primer título de la temporada con una goleada contundente. Las blaugranas derrotaron al Real Madrid con un abultado 5-0, mostrando, una vez más, la abismal diferencia entre ambos equipos. Esto confirma la hegemonía del Barça en los clásicos femeninos y deja al Real Madrid con el reto de acercarse al nivel del equipo rival.
Mientras el Barça Femenino gana títulos y brilla, el Real Madrid aún busca un proyecto para competir al mismo nivel. La pregunta en el aire es si llegará el día en que el equipo blanco pueda competir de forma más igualada en los clásicos femeninos.
Laporta, el apoyo visible
Tras la victoria, Joan Laporta no perdió la oportunidad de estar presente en la ceremonia de entrega de medallas. El presidente del Barça felicitó a sus jugadoras, demostrando un compromiso firme con la sección femenina del club. Este gesto no es nuevo; Laporta siempre ha respaldado al equipo femenino como parte clave del proyecto del Barça.
Su presencia es un respaldo simbólico y un mensaje claro: el Barça valora por igual a su equipo femenino y masculino. Este tipo de gestos fortalecen la confianza de las jugadoras y proyectan una imagen de unidad y compromiso institucional.
Florentino Pérez y su ausencia
Por el contrario, Florentino Pérez no estuvo presente en la final. Aunque se sabía de antemano que el presidente del Real Madrid no tenía intención de asistir, su ausencia ha generado críticas y debate. La ausencia de la directiva madridista refuerza la idea de que el club no valora igual a su equipo femenino.
Para agravar la situación, el presidente de la RFEF, Rafael Louzán, tampoco pudo asistir debido a problemas con su vuelo, dejando aún más deslucida la presencia institucional en el acto. Con esto, la figura de Laporta destacó aún más.
Un mensaje implícito
La diferencia de actitudes entre ambos presidentes ha generado numerosos comentarios. Mientras Laporta reafirma su apuesta por el fútbol femenino con hechos, Florentino parece transmitir indiferencia hacia el desarrollo de su sección. Este contraste subraya el compromiso desigual de ambos clubes hacia el fútbol femenino y plantea un debate sobre la responsabilidad de los grandes clubes en su impulso.
En definitiva, el gesto de Laporta en la Supercopa no solo celebra un título más para el Barça, sino que también retrata a Florentino Pérez. La implicación de los dirigentes es clave para fomentar la igualdad y el crecimiento del fútbol femenino. Laporta lo entiende; Florentino, al parecer, aún no.