El mercado de fichajes siempre deja capítulos inesperados. Esta vez, el Barça puede cerrar uno de esos movimientos que cambian el tablero de poder en el fútbol español. Joan Laporta y Deco han movido ficha en silencio, aprovechando contactos estratégicos y un aliado de lujo en Arabia Saudí.
Mientras el Athletic de Bilbao se obsesionaba con frenar al Barça en el fichaje de Nico Williams, el club azulgrana preparaba su contraataque. Y la respuesta, si todo sale según lo previsto, tendrá un nombre propio: Aymeric Laporte.
La pieza que faltaba en la defensa
La marcha de Íñigo Martínez al Al Nassr dejó un hueco en el eje defensivo de Flick. El alemán pidió un recambio de garantías, un jugador que llegara para aportar jerarquía y experiencia inmediata. Deco lo tenía claro: Laporte es el futbolista ideal para cubrir ese vacío.
El central, con pasado en el Manchester City y el Athletic, ha encontrado en Arabia un fútbol de menor exigencia, pero su calidad está fuera de toda duda. Su perfil zurdo, su salida limpia de balón y su capacidad de liderazgo encajan a la perfección con lo que necesita el Barça.

Relaciones privilegiadas con Arabia
El fichaje de Íñigo Martínez por el Al Nassr se cerró sin conflictos y con una relación excelente entre los despachos. Esa operación ha sido clave para que el Barça tenga ahora un camino despejado hacia Laporte. El club saudí está dispuesto a facilitar el traspaso y a ofrecer condiciones muy ventajosas para que el defensa llegue al Camp Nou.
EL Athletic iba a pagar este verano 25 millones por Laporte. El Barça se lo puede quedar con otras condiciones: 10 millones de euros.
Se trata de un ejemplo claro de cómo el fútbol moderno se mueve a través de las relaciones institucionales. Laporta sabe aprovechar esos puentes. Y esta vez puede salirle redonda la jugada.
La revancha con el Athletic
Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Y Laporta parece decidido a cobrarse la suya. El presidente no ha olvidado la campaña de desgaste del Athletic en el culebrón de Nico Williams.
Un intento de presión mediática que buscaba frenar el interés azulgrana y que acabó con la renovación del extremo en Bilbao.
Ahora, las ironías del destino ofrecen a Laporta la posibilidad de responder con un golpe de efecto. El Athletic quiso a Laporte este verano y no lo consiguió.
El Barça, en cambio, está a un paso de vestirlo de blaugrana. Una jugada maestra con sabor a revancha.

Un movimiento con sentido deportivo
Más allá de la estrategia y la política futbolística, la llegada de Laporte responde a una necesidad real. Flick necesita alternativas sólidas en defensa para afrontar una temporada exigente en Europa y en LaLiga. El central de la selección española conoce el entorno, la presión y el estilo de juego que demanda el Barça.
Con Lamine Yamal brillando arriba y con un bloque cada vez más asentado, la incorporación de un defensa de primer nivel puede dar el salto de calidad que el equipo reclama. Y Laporta, una vez más, está dispuesto a sorprender.