El FC Barcelona encara la recta final del mercado de fichajes con varios frentes abiertos. Uno de ellos, y quizá el más sorprendente, es el futuro de Marc Casadó. El joven canterano, que a principios de verano parecía una pieza clave en la rotación del centro del campo, ha perdido protagonismo en los planes de Hansi Flick.
El motivo principal es el gran momento de forma de Gavi. Se ha consolidado como uno de los jugadores más determinantes del equipo en lo que va de temporada. Su capacidad para ocupar varias posiciones y rendir siempre a alto nivel ha reducido la urgencia de contar con Casadó como relevo natural.
Competencia feroz en la medular
En la dirección deportiva hay una sensación clara: el centro del campo está más que cubierto. Frenkie de Jong mantiene su papel como líder en la construcción del juego. Por su parte, la irrupción de Marc Bernal, que ha destacado en cada minuto que ha jugado, aumenta la confianza en la cantera.

Con este panorama, Flick entiende que Casadó ya no es tan imprescindible como en temporadas pasadas. La consecuencia es evidente: si llega una oferta que supere los 30 millones de euros, el club no dudaría en estudiarla.
Interés desde la Premier y oportunidad económica
En las últimas semanas, varios equipos han llamado a la puerta del Barça para interesarse por Casadó. En Inglaterra, Wolves y West Ham lideran la lista de pretendientes, con una disposición real a presentar propuestas importantes antes del cierre del mercado.
También han existido sondeos desde LaLiga, con el Real Betis como uno de los clubes que preguntó por su situación, aunque sin la fuerza económica de los ingleses.
Para el Barça, vender a Casadó aliviaría la presión económica que enfrenta el club. Al mismo tiempo, no debilitaría demasiado un centro del campo con alternativas fiables.
El deseo del jugador y la decisión final
Casadó siempre ha manifestado su intención de triunfar en el club que le ha visto crecer. Su vínculo con el Barça es profundo y su compromiso, total. Sin embargo, es consciente de que el tiempo de juego será limitado con la competencia actual.
El futbolista solo contemplaría su salida si el club le comunica que es la mejor opción tanto a nivel deportivo como financiero. Por ahora, Flick no le cierra la puerta, pero tampoco le asegura un rol protagonista.
Todo se decidirá en los próximos días. Si llega una oferta cercana a los 30 millones, Joan Laporta podría aprobar la venta. La prioridad sería mantener la estabilidad económica y apostar por un Gavi que hoy es intocable.
Para Casadó, sería un golpe duro. Es un jarro de agua fría que demuestra que, en el fútbol de élite, la meritocracia es la que manda. Las decisiones no siempre benefician a los amigos ni a quienes llevan más tiempo en el club.