El sueño se ha hecho realidad para Marc Bernal. Con 18 años, el joven centrocampista del Barça da un gran salto: ya es jugador del primer equipo. La inscripción en LaLiga lo confirma, se despide de la ficha del filial y se une oficialmente a la plantilla dirigida por Hansi Flick.
Además, estrenará dorsal. Dejará atrás el ‘28’ que llevó antes de su grave lesión y lucirá el número ‘22’. Un número con historia reciente en el vestuario, que han llevado Gündogan y Raphinha.
Un regreso muy esperado
El momento no podría ser más simbólico. Esta semana se cumple un año de la lesión de rodilla en Vallecas que lo dejó fuera más de un año. La recuperación ha sido larga, también paciente.

El cuerpo técnico no ha querido apresurar los plazos, Flick, siguiendo el ejemplo del proceso de Gavi, ha optado por una reincorporación progresiva. Si todo marcha bien, Bernal recibiría el alta tras el parón y debutaría ante el Valencia el 14 de septiembre. Una fecha marcada en rojo en el calendario.
Confianza total del club
El salto al primer equipo viene acompañado de otro anuncio importante: la renovación de su contrato. El nuevo vínculo lo unirá al Barça hasta 2029.
No es una decisión improvisada. En su anterior extensión, hasta 2026, ya se acordó que su siguiente contrato sería como jugador del primer equipo.
La cláusula de rescisión se mantiene en 500 millones de euros. Una cifra que habla por sí sola de la fe que el club tiene en su futuro.
Un canterano con ADN Barça
En la dirección deportiva hay satisfacción. Bernal es visto como una apuesta estratégica para reforzar el centro del campo con talento de la casa.
Su personalidad, madurez y visión de juego han sido sus señas de identidad desde su paso por el filial. Flick está convencido de que puede convertirse en una pieza clave a medio plazo.
No se trata solo de números o contratos. Se trata de un futbolista que ha crecido con el estilo Barça, que entiende el juego y que está listo para dar el salto definitivo.
Una historia de superación
El camino de Marc Bernal en este último año ha sido una prueba de resistencia mental y física. Una grave lesión, meses de rehabilitación y el reto de volver a competir al máximo nivel.
Hoy, la recompensa es doble: formar parte del primer equipo y tener la oportunidad de demostrar su valía en el Camp Nou. La afición lo espera con ganas, saben que no será un regreso cualquiera. Será el cierre de un capítulo de lucha y el inicio de una nueva etapa llena de posibilidades.