Durante semanas, su nombre fue uno de los más repetidos en los despachos del Camp Nou. Nico Williams estuvo en el radar del Barça como posible refuerzo estelar. Pero su decisión de renovar por el Athletic hasta 2034 ha sido recibida con más alivio que decepción en el club catalán.
En realidad, en el Barça se han quitado un peso de encima.
Deco nunca lo vio claro
Mientras Joan Laporta y Flick apostaban por su fichaje, Deco siempre tuvo serias reservas. Al director deportivo no le convencían ni las formas ni el fondo de la operación. Ni siquiera el talento innegable de Nico compensaba, en su opinión, los riesgos colaterales que implicaba su llegada.
Uno de los grandes temores de Deco era el entorno del jugador. En concreto, que se formara un "clan de amigos" con Lamine Yamal y otros jóvenes de la plantilla. Una situación que el club ha vivido en el pasado con consecuencias poco recomendables para la armonía del vestuario.
El Barça quiere evitar grupos cerrados y comportamientos que puedan romper la unidad del equipo. Y la llegada de Nico Williams era acogida con recelo. Entendían que podía ser una "mala compañía" para Lamine Yamal, el verdadero crack del equipo.
Exigencias fuera de lugar
A todo esto hay que sumar las condiciones impuestas por su entorno, que nunca fueron bien vistas en los despachos. Según informa Mundo Deportivo, Nico Williams y su agente, Félix Tainta, pidieron una cláusula de libertad automática si el jugador no podía ser inscrito por los problemas financieros del club.
En el Barça no gustó que alguien con tan poco recorrido quisiera blindarse de esa manera. Ni Joan García ni Dani Olmo, también en la órbita azulgrana, exigieron algo parecido. En el caso de Nico, además, fue su propio representante quien volvió a ofrecerlo al Barça, no al revés, lo que terminó de cansar a más de uno en la directiva.
Deco quería a Luis Díaz
Lo que Deco tenía claro era su preferencia: Luis Díaz, el extremo colombiano del Liverpool. Un futbolista más maduro, sin ese entorno tan marcado y con una actitud más profesional.
Sin embargo, aceptó la posibilidad de incorporar a Nico si así lo decidían Flick y Laporta. Finalmente, no hizo falta.
Ya es oficial la renovación de Nico por el Athletic hasta 2034. Una decisión que pone fin al culebrón y que en el Camp Nou ha sido recibida con discreta satisfacción. No por su calidad, que nadie discute, sino porque el Barça necesita jugadores comprometidos con el proyecto, no con sus condiciones.