La cuenta atrás era una ilusión. El calendario prometido no se cumplirá y en la cúpula del Barça ya no pueden seguir escondiendo la verdad.
Las obras del nuevo Camp Nou no estarán terminadas para la fecha que Joan Laporta anunció con solemnidad: el 14 de septiembre, en la jornada ante el Valencia.
Todo era humo. Demasiadas fechas oficiales como para creer ahora que la última es cierta, viendo el estado de las obras.
Hace meses, el presidente del FC Barcelona aseguró que se cumplirían los plazos. Y que, en caso contrario, la constructora turca Limak abonaría un millón de euros por cada día de retraso. Era una promesa de cara a la galería.
Hoy, con más de 10 meses de demora acumulada, nadie ha visto ni un solo euro y la directiva guarda silencio absoluto.

De noviembre de 2024 a… ¿enero de 2026?
Cuando se dio luz verde al megaproyecto del Espai Barça, Laporta anunció el regreso al Camp Nou el 29 de noviembre de 2024, fecha del 125 aniversario de la entidad.
Luego se habló de enero, febrero y marzo. Después, la fecha se movió al 14 de septiembre de 2025, para jugar contra el Valencia. Y ahora, esa opción también se desvanece.
Los informes técnicos alertan de que no se cumplirán las mínimas condiciones de seguridad exigidas por la UEFA. Incluso si se terminara el césped, las zonas VIP o parte de la cubierta, no habría margen para obtener las licencias a tiempo.
La normativa del organismo europeo impide cambiar de estadio en plena fase inicial de la Champions.
Eso significa que el Barça no podría volver al Camp Nou hasta enero de 2026, como muy pronto. Aunque en la directiva hay voces que prefieren asumir que todo el curso se jugará en Montjuic. La presión mediática sería menor y se ganaría tiempo para acabar correctamente las obras.
200 millones en el aire
El asunto económico también es delicado. Si se aplicara la cláusula del millón por día de retraso prometida por Laporta, el Barça debería haber ingresado más de 200 millones.
Esa cantidad aliviaría considerablemente las cuentas de la entidad. Pero ni hay ingresos, ni penalización, ni explicaciones.
Algunos directivos ya han pedido aclaraciones en las reuniones de junta. No entienden cómo se hizo esa promesa sin garantías contractuales.
Laporta admite que hay contraprestaciones a cambio. Y se escuda en que "lo importante es que el estadio será espectacular". Pero las voces críticas no dejan de crecer en el entorno del club.

Laporta reacciona tarde
Presionado por los hechos, Laporta ha decidido actuar. Ha ordenado una revisión total del plan de obra y ha contactado directamente con los responsables de Limak. No se fía.
Quiere evitar un nuevo bochorno público y ya prepara una rueda de prensa para explicar lo que realmente está pasando.
El Camp Nou no volverá a abrir sus puertas en septiembre. Y eso, aunque ya nadie lo diga en voz alta, es un golpe durísimo para el barcelonismo.