El Barça-Leganés disputado anoche en el Estadio Olímpico de Montjuïc dejó una sensación amarga en Laporta, tanto por lo sucedido dentro del campo, como por lo que pasó en la grada. Los de Hansi Flick llegaban con la intención de recuperar el ritmo tras los últimos tropiezos, pero se marcharon todavía más preocupados. La caída ante el Leganés se suma a la derrota reciente frente a Las Palmas, también en casa, lo que ha encendido todas las alarmas en el Barça.
La falta de victorias en casa está reflejando que algo no marcha bien, y la mirada de Laporta apunta directamente a la grada. De hecho, el ambiente vivido anoche en Montjuïc fue realmente frío. La entrada fue la peor de toda la temporada y los jugadores intentaron alentar a la afición en más de una ocasión, pero sin éxito.
Esta situación se debe a que la Grada de Animación fue expulsada por Laporta debido a su negativa a pagar las multas impuestas por sus actuaciones durante el curso pasado. Y es que el Barça recibió más de 20 denuncias de LaLiga por cánticos e insultos que terminaron resultando en 21.000 euros de sanción. Laporta se negó a pagar dicha cantidad y se la reclamó a los integrantes de la Grada, pero estos se negaron y ahora no pueden animar y apoyar al equipo.
Arrepentido de lo sucedido en el Barça-Leganés: Laporta mira a la grada y asume su error
Ante tal escenario, Laporta decidió tomar una medida que, sobre el papel, parecía brillante para intentar solucionar la falta de ánimo: contrató una charanga popular para animar a la grada. Sin embargo, el experimento no salió como se esperaba. La música y los intentos de animación no fueron bien recibidos por los aficionados, que empezaron a silbar a la charanga, empeorando la situación.
En un estadio que ya vivía una atmósfera pesada, la decisión de Laporta solo contribuyó a aumentar la frustración de la afición. Y por eso, de cara al próximo compromiso en casa ante el Atleti, parece complicado que la escena se repita. La idea de sustituir a la Grada de Animación por una charanga popular fue un intento fallido para intentar dar un nuevo impulso al equipo, pero el resultado fue desastroso.
Sea como sea, el desafío de Laporta no solo está en lo deportivo, sino también en restaurar la unidad entre los jugadores y la afición. Veremos cómo se resuelve esta situación en el próximo partido, que enfrentará a los de Flick con los de Simeone. Por ahora, todo indica que Laporta no repetirá la charanga el próximo sábado, y se esperan nuevos intentos para restaurar el ambiente en Montjuïc.