El FC Barcelona ya mira hacia el futuro. El próximo 30 de julio arranca la pretemporada y, con ella, el esperado casting de jóvenes talentos en la Ciutat Esportiva. Hansi Flick no quiere perder tiempo, sabe que en La Masía hay diamantes por pulir y esta vez, entre los habituales, ha aparecido un nombre que ilusiona.
Oportunidad para las joyas de la casa
Con el filial descendido a Segunda RFEF, el club tiene claro que es momento de mirar hacia abajo. Los Toni y Guille Fernández, ya conocidos por sus convocatorias con el primer equipo, volverán a escena.
También se sumarán Juan Hernández, Jofre Torrents y Pedro Fernández. Todos lucharán por hacerse un hueco en la gira asiática. Pero hay una sorpresa, una aparición que nadie esperaba tan pronto.
Ibrahim Diarra, la gran revelación
Se llama Ibrahim Diarra, es maliense y en apenas medio año ha dejado a todos boquiabiertos. Llegó desde la academia Africa Foot y, tras meses de papeleo, pudo debutar con el Juvenil A en enero. Lo dirigió Juliano Belletti, que pronto se dio cuenta de lo que tenía entre manos.
Al principio le costó adaptarse, solo dos titularidades en sus primeros encuentros, pero su velocidad, desborde y actitud fueron ganando terreno. Acabó el curso como una de las notas más destacadas del equipo. De revulsivo pasó a pieza clave y su estilo, descarado y directo, recuerda al de Lamine Yamal.
Flick ya lo quiere en el primer equipo
Hansi Flick no ha dudado, lo ha seguido de cerca y ha pedido que Diarra empiece la pretemporada con el primer equipo. No es un simple premio, es una apuesta clara. El alemán quiere verlo competir con los mayores, medirse con los que ya están.
En un Barça necesitado de renovación, el técnico valora más que nunca el talento joven. Y Diarra, por perfil y evolución, encaja a la perfección. El club no descarta incluso su fichaje oficial para el primer equipo si responde en esta pretemporada.
¿Un nuevo Lamine en camino?
Las comparaciones son inevitables, Diarra, como Lamine, es puro desequilibrio. Tiene regate, velocidad y personalidad. Le falta rodaje, sí, pero no miedo y eso, en el Camp Nou, se valora mucho.
Si sigue así, su historia solo acaba de comenzar. El Barça puede tener entre manos a su próxima gran joya africana y Flick, que ya lo ha señalado, no quiere dejarlo escapar. El futuro está en marcha y Diarra quiere ser parte de él.