El Real Madrid cobra 160 millones por sus derechos audiovisuales y es el único club de España que se salta la normativa y pone obstáculos a las operadoras televisivas
160 millones cobra el Real Madrid por la venta de sus derechos audiovisuales para que las plataformas televisivas (Movistar y DAZN) transmitan los partidos de LaLiga de su equipo. A cambio, Florentino Pérez prohibe el acceso a los comentaristas de Movistar. El último Real Madrid-Osasuna fue narrado por Carlos Martínez, Bernad Schuster y Axel Torres... ¡desde Barcelona!
Ver para creer. Estas cosas solo pueden suceder en el recordado país de Celtiberia Show de Luis Carandell. Del equipo de narradores solo entró en el Bernabéu Edu Aguirre, el Ultra Sur de El Chiringuito. Seguramente porque es como der la familia y a lo mejor al término del partido tenía que cumplir pluriempleo y encuestar a sus colegas de pasión futbolística a la salida de una puerta del Bernabéu para El Chiringuito, el programa favorito de Florentino Pérez.
Movistar, que además de haber financiado al Real Madrid como patrocinador principal, propulsó con su apoyo económico al equipo femenino y al de baloncesto, es ahora objeto de quejas por parte de Florentino Pérez, el mismo que le quiso colocar al mundo el engendro de la Superliga anunciado a bombo y platillo a todo el planeta desde El Chiringuito.
Se lo han dado todo: Valdano, Álvaro Benito, Morientes, Schuster, Maldini, Guti en DAZN, Edu Aguirre, el ultra más ultra madridista de todo el espectro periodístico... Tiene también garantizada en las transmisiones " amables" la propagación de su evangelio, siempre desde la supuesta neutralidad, que es más creíble, para que los penaltis que comete el Real Madrid no lo sean y lo que pase en el área contraria siempre sea falta. Tiene garantizado que el Real Madrid en Movistar + siempre juega bien. También le garantizan los palos al Barça, que, desde luego, no cuenta con la artillería pesada que disfruta el Real Madrid entre los comentaristas.
Pero a Florentino no le gusta Movistar + porque no es la tele de los radicales del Real Madrid, como la suya, Real Madrid TV, en donde firma editoriales incendiarios en nombre de la fe verdadera, la suya.
Movistar + se ha cansado de pagar y de recibir obstáculos por parte del Real Madrid. De hecho, la transmisión del último Real Madrid-Osasuna se hizo desde Barcelona, desde un estudio de Madiapro en su sede central de La Diagonal
Es propio de una película disparatada de los Hermanos Marx. Pero esto es el Real Madrid: Carlos Martínez, Bernd Schuster y Axel Torres, los tres narradores, nos contaron el partido que se jugaba en La Castellana de Madrid desde La Diagonal de Barcelona. Se cansaron del set habilitado por La Liga de Fútbol Profesional en el Colegio San Agustín desde el que emitían el prepartido antes de subir corriendo a la cabina del Bernabéu. También llegó a transmitir Monvistar desde un camión en los sótanos del Bernabéu.
Las órdenes de Florentino Pérez sólo permiten emitir en directo desde dentro del estadio siete minutos antes del comienzo del partido, lo que obliga a los narradores desde el puesto en donde hacían la previa hasta su puesto de comentarista. Se han cansado y han decidido que, en estas circunstancias, mejor irse a Barcelona para hacer una transmisión en condiciones... a 500 kilómetros de distancia. Por imperativo legal, no por ganas.
El Real Madrid solo les daba permiso para ofrecer las imágenes de los 90 minutos de juego. Ni un minuto antes, ni un minuto en el descanso ni un minuto después. Así funciona ese club, el de la rebelión de la Superliga. Así, Edu Aguirre, en lugar de entrevistar a Bellingham, orgullo del madridismo y MVP del Real Madrid-Osasuna, tuvo que regalar a la audiencia una entrevista con un jugador de Osasuna mientras Movistar, que paga 160 millones, tenía que piratear una entrevista "controlada" de Real Madrid TV a Vinicius. Todo muy natural.
No se ha visto cosa igual en el mundo mundial. Cuando Florentino Pérez, el "intocable" según el excomisario Villarejo, no está de acuerdo con algo, pasan estas cosas cuyo entendimiento queda reservado a mentes propias de seres superiores, como es el caso que nos ocupa. Parece evidente que el objetivo es sumisión al Real Madrid cien por cien o no hay derecho a la libertad de expresión ni pagando 160 millones. El cheque, por cierto, bien que lo recoge el Real Madrid.
Es la manera que tiene el Real Madrid de patalear contra el nuevo reglamento audivisual ideado por LaLiga: entrevistas a pie de campo y cámaras dentro de los vestuarios. Florentino Pérez está en contra de que se premie con más ingresos audiovisuales a los clubes que faciliten el acceso a las televisiones. Eso a los clubes modestos les viene de maravilla, pero para el presidente del Real Madrid solo es calderilla. Era una oportunidad de oro para mostrar su solidaridad con los modestos, pero va a ser que no.
En mi casa no, dijo Florentino. Y prohibió a las televisiones cubrir las previas y postpartidos en sus instalaciones. Y, por supuesto, prohibido entrevistar a futbolistas del Real Madrid. Así se fomenta el madridismo desde el Real Madrid. Y mientras tanto, el club blanco paga una multa cada vez que se salta a la torera la ley del fútbol español, la ley de todos los clubes españoles (menos el Real Madrid), cosa que sucede en cada partido que disputa el equipo de Ancelotti en casa. Un ejemplo, también de excelente administración.
Y si un día falta el dinero, allí estará la Comunidad o el Ayuntamiento para financiar parkings, paradas de metro o lo que haga falta. Clubes estado son los demás.