El divorcio que vive el jugador con su club abre la puerta a una posible cesión al Real Madrid hasta final de temporada.
La derrota del Real Madrid en el Metropolitano ha generado un estado de preocupación en la Casa Blanca. Ancelotti ya advirtió a Florentino que, tras la marcha de Benzema, la plantilla necesitaba de un 9 experimentado y solvente si no llegaba Mbappé. Florentino trajo a Joselu, pero a Ancelotti le supo a poco. Ahora el tema vuelve a reactivarse, aunque en el club blanco no se hayan disparado las alarmas al considerar que lo del Metropolitano solo fue un accidente.
El presidente blanco entiende los equilibrios que debe hacer Ancelotti para formar las alineaciones sin un 9 de garantías, y más con Vinicius fuera del equipo. Y en el club se ha iniciado un compás de espera hasta Navidad para comprobar cómo evoluciona el equipo. Florentino sigue pensando en Mbappé para julio. Pero Ancelotti está ocupado en el corto plazo y no desea renunciar ni a la Liga ni a la Champions por la ausencia de un refuerzo.
En el club se ha montado un gabinete de crisis para analizar la siutación, estudiar el mercado y valorar las soluciones que pueden aplicarse a los problemas que tiene Ancelotti con sus alineaciones.
Esto es lo que está pasando ahora mismo en los despachos del Real Madrid. Algunos, como Eduardo Inda, se atreven a anunciar en El Chiringuito que el elegido por el Real Madrid es Nico Williams. Nada más lejos de la realidad. Nico Williams es un cromo repetido de Vinicius y de Rodrygo. Incluso de Brahim. Un tipo de futbolista que nada tiene que ver con las auténticas necesidades de Ancelotti, que pasan por un delantero centro goleador, y ese no es Nico Williams.
Los tiros apuntan a un delantero centro de verdad. Perdido Harry Kane, que se cansó de esperar y acabó fichando por el Bayern, el mercado ofrece una gran oportunidad ahora que interesa y mucho al Real Madrid.
Se trata del delantero nigeriano del Nápoles Victor Osimhen, cuyo divorcio con su club parece irreversible después de una publicación en TikTok del club en la que se bromeaba con un penalti fallado ante el Bolonia. El asunto se ha puesto tan tenso, que Roberto Calenda, el agente del jugador, ha amenazado con emprender acciones legales en defensa del honor de Osimhen.
El jugador también está indignado y ha borrado de su cuenta de Instagram todas las imágenes en las que aparecía luciendo la camiseta del Nápoles. Esta decisión ha enfurecido a los tifosi partenopeos y ahora mismo la reconducción del problema se presenta imposible.
Osimhen se enfrenatría al Real Madrid en la fase de grupos de la Champions League. De hecho, el rendimiento de este jugador tiene mucho que ver en el título de Liga logrado por el Nápoles y los excelentes resultados del equipo azzurro en los últimos años.
Florentino ve en Osimhen la posibilidad de acogerle cedido por lo que resta de temporada, a la espera de la llegada de Mbappé, algo parecido a lo que ha sucedido con Kepa en la portería. Osimhen tiene contrato en vigor hasta 2025 pero hace unos meses llegó a un acuerdo para prolongarlo hasta 2027.
Tal y como está la situación, el Nápoles estudiaría seriamente la posibilidad de traspasarlo cuanto antes. Aunque el Real Madrid lo preferiría en calidad de cedido. Osimhen ha recibido ofertas de Arabia, pero no despreciaría la oportunidad de acabar la temporada en el Real Madrid y vivir la experiencia de Champiosn vestido de blanco, antes de iniciar la aventura árabe si finalmente el Nápoles decide venderle a ese país.
Las últimas informaciones hablan de que el Al-Hilal le ofrecería un sueldo de 40 millones netos al año. Ocho veces más de lo que cobra en Nápoles. Si la operación no se materializó en el pasado verano fue porque el presidente De Laurentiis se subió a la parra exigiendo 200 millones por su traspaso.
Las casualidades de la vida colocan a Osimhen al alcance del Real Madrid. Su traspaso al fútbol árabe el próximo verano parece inevitable, pero lo que el Real Madrid busca es su cesión hasta el 30 de junio. Se trata de un fichaje factible y de un jugador de altísimo nivel y calidad contrastada.