Edu Aguirre no soporta que los demás lloren por los errores arbitrales. Eso solo lo pueden hacer los portavoces del madridismo en El Chiringuito.
Edu Aguirre es un radical del Real Madrid que cuando más cómodo y feliz se siente es cuando le llevan de enviado especial a una puerta del Bernabéu para dar saltos con otros radicales del Madrid al son de "¡Culé el que no bote!". Y bota muy bien. Lo hemos visto.
Es una de las "estrellas" del Chiringuito de Josep Pedrerol, al que llegó con un currículum inmejorable: una sarta de insultos al Barça, a Messi y a los catalanes en su cuenta de twitter. Y ahí ha hecho carrera vomitando odio, frustraciones y complejos contra el Barça y siempre con el "Hala Madrid" dibujado en su rostro.
Este tipo ha debido hacer muchos méritos en El Chinguito para que Movistar, un canal de pago, le haya hecho un hueco en su nómina de narradores, comentaristas y analistas para que en los partidos del Real Madrid nos explique que la caída de un jugador del Real Madrid dentro del área rival es penalti siempre. Y la caída del rival en el área del Real Madrid nunca es suficiente como para pitar penalti.
Edu Aguirre es muy libre de soltar las perogrulladas que le plazcan en El Chiringuito, incluso cometiendo faltas de ortografía. Pero el listón de Movistar debería estar más alto que el de El Chiringuito y su audiencia, que paga, está en su derecho de reclamar personal serio en las locuciones de los partidos, en los que jamás deberían tener entrada informadores que llevan la bufanda puesta. A no ser que el objetivo de Movistar sea precisamente ese, contentar a Florentino Pérez colocando a sus favoritos en los puestos llamados a generar opinión entre la audiencia.
Y Edu Aguirre, que puede ser un excelente madridista que opina y provoca en las tertulias, no está capacitado para ejercer de analista y trasladar sus complejos y frustraciones de chirigota a un espacio que se presupone serio. Al menos así debería ser. Pero está claro que Florentino también gana por goleada en las transmisiones televisivas colocando a peones como Guti o este, que garantizan siempre una narración absolutamente parcial.
Esto dijo Edu Aguirre en su última intervención en El Chiringuito sobre el penalti a Lamine Yamal en Mallorca:
"No es penalti. Pisa al lado. No puede ser penalti jamás. Le roza la bota con la bota. De verdad, como para que los dos pies de Lamine de repente se derriben, como si le hubieran pegado un tiro en las rodillas".
"Pero hay que preguntarle a Xavi por qué su equipo defiende tan mal. No llorar. Aquí no hay que llorar y hay que preguntarse por qué el Super Barça lleva encajados en seis jornadas los mismos goles que el año pasado en 25 jornadas".
"Es un Barça de papel y cuando el Real Madrid se quejaba de los penaltis o los no penaltis del Metropolitano, aquí todos veníamos llorados de casa".
¿Algún día preguntará Edu Aguirre por qué el Real Madrid solo ha encajado dos goles menos que el "Barça de papel" con un partido menos jugado? ¿Y se preguntará por qué ha marcado el Real Madrid siete goles menos que el Barça en seis jornadas? ¿Quizá porque faltan los goles del fugado Benzema? ¿O los de Mbappé, el del tictac y los guiños, el que Edu Aguirre aseguró que este año jugaría en el Real Madrid en rigurosa primicia mundial? Le cambian a Mbappé por Joselu y Edu Aguirre aplaude con las orejas. Hágase la voluntad de Don Florentino.
Su capacidad para retorcer la realidad llega a asegurar que cuando el Real Madrid pierde, los portavoces de Florentino llegan a El Chiringuito llorados. ¡Si no hacen más que llorar! Y es porque entienden que el Real Madrid no puede perder nunca. Y si pierde, solo puede ser por culpa del árbitro. Y a llorar. ¿No es llorar acordarse de Negreira cada vez que pierde el Real Madrid? ¿No es llorar lo que hace Real Madrid TV, la tele de Florentino?
El desconocimiento de Edu Aguirre llega a tal punto que habla de penaltis y no penaltis pitados en el derbi cuando no hubo ninguna jugada polémica que pudiera haber acabado en penalti. Seguramente alguien le había escrito que tenía que hablar de penaltis y él no lo confirmó.
Hay que venir llorado, cierto. Estaría bien que él mismo se apuntara esta frase en la frente para no caer siempre en la misma trampa. Si alguien peca de llorar en exceso es el ADN del Real Madrid. Que se lo pregunten a Florentino y la tele con la que juega a acosar a los árbitros.
Este es el que se hace pasar por ecuánime en Movistar. Mucha bilis contenida.