El doble agarrón que sufrió Lewandowski en el área, un penalti como una catedral, no mereció ni una repetición de DAZN, el canal de Guti cada vez más próximo a Real Madrid TV
En el minuto 64 del Mallorca-Barça una internada de Lamine Yamal fue cortada por Copete dentro del área contactando con el pie del jugador del Barça y sin tocar el balón. El árbitro pitó penalti, pero ante la posibilidad de equivocarse favoreciendo al Barça se asustó y optó por recurrir al VAR.
Y en la imagen vio el contacto, pero consideró que no era suficiente. Ese criterio de suficiencia es lo que separa al Barça del Real Madrid. Para los blancos cualquier contacto es suficiente, para el Barça tiene que producirse una lesión importante para que el árbitro pite penalti, convencido de que la caverna mediática no le va a condenar con sus altavoces de hacer ruido.
Y no lo pitó. La jugada era muy dudosa e interpretativa. Para unos el contacto es suficiente, para otros, los que lo ven todo igual, se hubiera tratado de un penaltito.
Lo que no fue un penaltito fue el empujon y el codazo que recibió Raophinha dentro del área en el minuto 6. Y Lo que tampoco fue penaltito y más claro y flagrante todavía que la jugada que requirió la intervención del VAR fue un forcejeo de Lewandowski con dos defensas del Mallorca luchando por el balón. Era el minuto 94 de partido. Lewandowski intenta el remate, pero se ve sujetado por la izquierda y por la derecha por dos brazos que le impiden moverse con soltura. El árbitro estaba a dos metros, pero prefirió no enterarse. La jugada queda reflejada en la imagen que ilustra esta noticia.
En ella puede verse a los dos jugadores del Mallorca haciendo falta dentro del área a Lewandowski. Aquí no hacía falta ni VAR, ni interpretar nada. El agarrón por partida doble es evidente. Pero ni intervino el VAR ni la realización televisiva lo repitió. Seguramente atendiendo al enfado de Florentino Pérez, que parece sentirse muy perjudicado por las transmisiones televisivas de La Liga.
Y ya se sabe que al Ser Superior no se le puede contrariar. Estaba escrito que el Barça no iba a recibir en Mallorca neutralidad arbitral después del jaleo montado en Madrid por los palmeros mediáticos de Florentino Pérez en el derbi madrileño, en el que el árbitro estuvo impecable en todas sus decisiones menos en la de la expulsión de Bellingham que se comió.
Y Xavi y los suyos se temen, y hacen bien, que lo de hoy va a ser una constante en todo el campeonato. Cuando el Real Madrid llora, los árbitros se asustan... y lo paga el Barça.