Bellingham acabó muy alterado el derbi madrileño por entender que el árbitro había perseguido al Real Madrid.
Jude Bellingham descubrió anoche el sabor de la derrota por primera vez desde que juega en el Real Madrid. Fue en su séptimo partido. Pero el internacional inglés acabó con los nervios a flor de piel. El árbitro, Javier Alberola Rojas le sacó de sus casillas.
Todo empezó con la falta que sufrió en el minuto 2 y que propició el primer tanto colchonero en la culminación de la jugada. Y Bellingham ya no alcanzó el nivel al que nos tiene acostumbrados, protagonizando el que posiblemente es su partido más discreto desde que viste de blanco.
También es cierto que Ancelotti no contribuyó a que su juego brillara al colocarle en punta junto a Rodrygo y dejando a Modric como media punta y enganche, el papel que había desempeñado él hasta ahora, y con mucho acierto.
No se le vio cómodo al inglés, al que le costó entrar en juego y necesitó bajar al centro del campo para jugar balones que no llegaban hasta las posiciones de vanguardia. Bellingham no estaba cómodo y empezó a ponerse nervioso cuando Alberola Rojas decidió anular el gol legal de Camavinga por fuera de juego posicional de Rüdiger. Bellingham fue uno de los que más protestó la decisión del colegiado.
La salida del campo de Modric dando entrada a Joselu permitió a Bellingham recuperar su posición al final del rombo en el centro del campo enlazando con el ataque, pero el gol de Morata descompuso las líneas en el Real Madrid, quien más quien menos quiso hacer la guerra por su cuenta y el juego coral se resintió. También el de Bellingham, que no conseguía encontrar a Joselu en el inicio de sus acciones de ataque.
Y Bellingham mostró sus nervios en los últimos compases con una dura entrada a Correa que pudo haberle costado la expulsión. Pero si el colegiado no expulsó a Giménez por una entrada similar al propio Bellingham al principio del choque, difícilmente podía esperarse que le enseñara la roja al madridista. Bellingham se las tuvo sobre el césped con Azpilicueta que fue el origen de una pequeña tangana.
Bellingham se llevó una amonestación y se fue del campo muy enfadado y gritando, según afirma hoy el diario Sport: "es el peor arbitraje que he sufrido en el fútbol", algo que pudieron escuchar muchos testigos allí presentes.
No fue el mejor día del colegiado Alverola Rojas y tampoco de Bellingham, a quien las decisiones arbitrales lograron sacarle de sus casillas. Algo propio de su juventud que debe solucionar con el paso de los años.