El político de la Asamblea de Madrid, Ramón Espinar, se echa para atrás de sus duras acusaciones. Ahora admite que aunque ha acusado alegremente al Barça de comprar árbitros, no tiene ni idea
Ya no lo ven tan claro. Llevamos meses acusando al Barça sin pruebas de que compra árbitros y partidos y, tras las declaraciones del ex árbitro López Nieto, descubriendo que lo de Negreira es un montaje y que no tenía potestad alguna sobre los árbitros, los que más gritaban en el pasado empiezan a arriar velas.
Es el caso del político de la Asamblea de Madrid Ramón Espinar, que en los últimos meses ha dejado claro la condición de club-estado del Real Madrid, que goza del favor y el fervor político delas instituciones en la defensa de sus intereses. Y en los últimos meses, sin Liga y sin Champions, los intereses del Real Madrid han pasado por azuzar al Barça por el caso Negreira dejando la sombra de la sospecha sobre alteraciones de la competición sin prueba alguna.
Ramón Espinar, miembro de la Asamblea de Madrid, se apuntó al bombardeo y ahora ha plegado velas, supuestamente porque el FC Barcelona le habría invitado a demostrar con pruebas todas sus alegres sentencias. Y Espinar, que no debe entender lo que es la presunción de inocencia, se ha echado para atrás admitiendo que sus juicios de valor no tenían mayor recorrido que tonterías expresadas sin conocimiento de causa.
Es el primer paso de algo que se prevé que acabará siendo mayoritario. La Fiscalía, la Guardia Civil, con sus filtraciones, y un nutrido grupo de periodistas de investigación llevan meses en la capital de España tratando de encontrar una sola prueba sobre el caso Negreira.
Se sabe que el Barça pagó a Negreira y la justicia dirimirá por qué, lo que no se sabe es de un solo partido amañado, de un solo árbitro que fuera invitado a favorecer al Barça. Espinar, como todos los demás, no tiene una sola prueba, lo que no le ha impedido lanzar porquería contra el Barça, porque en España todo vale contra el Barça.
Y si un grupo de juveniles del Real Madrid comete acciones delictivas con un vídeo sexual, estamos ante "una chiquillada", como lo ha definido Josep Pedrerol. Así funciona este tinglado sometido a los deseos de Florentino Pérez.
Esto es lo que dijo Espinar en el pasado y lo que dice ahora. Es evidente que se ha acongojado ante la gravedad de sus acusaciones sin base alguna. Espinar debió pensar que no hacía nada reprochable, porque todo lo que le rodea en la capital respira de la misma forma de manera uniforme. Ya se sabe que una mentira repetida mil veces acaba siendo verdad, y la masa aborregada funciona así:
"El Fútbol Club Barcelona pasa 18 años pagando a árbitros para comprarlos y te enteras de refilón, como si nada".
"Ji, ji, haha con el Villarato y ha resultado que era verdad y que llevan 20 años robando títulos".
"Es verdad que se dopaba (Messi), pero era el mejor. Hubiera ganado sin doparse".
"Es verdad que compraban árbitros, pero eran tan buenos que hubieran ganado sin comprarlos"
"Compró al juez, pero era inocente. Hubiera ganado el juicio igual"
"Esto es barcelonismo en 2023"
Reconozco que carezco de elementos de conocimiento que me permitan identificar un árbitro, encuentro o resultado alterado por razón de ilícita influencia o entrega de beneficio o ventaja.
— Ramón Espinar (@RamonEspinar) September 17, 2023