Laporta convierte a su equipo de basket en un pelele contra el Madrid
El primer Clásico de la temporada evidencia que sin Mirotic ni Jasikevicius no hay un proyecto real para este Barça.
De Guatemala... a Guatepeor. Esta es la definición perfecta de lo que ha hecho el presidente Joan Laporta con la sección de baloncesto del FC Barcelona. Después de todos los cambios realizados este verano, ha quedado patente en el primer partido contra el Real Madrid que el nivel de la plantilla ha descendido drásticamente y que difícilmente se podrá optar a los títulos más importantes.
La realidad es esta: sin Mirotic ni Jasikevicius no existe un proyecto real para este Barcelona, que desde la llegada del entrenador lituano siempre consiguió llegar a la Final Four de la Euroleague. Pero recuerden: gritaba y eso hacía sentir mal a los jugadores. Quién ni grita ni parece hacer absolutamente nada es el nuevo técnico, Roger Grimau, que se vio superado en todo momento por el planteamiento táctico de Chus Mateo, un entrenador de bajo nivel que en Murcia parecía ser la reencarnación de Phil Jackson.
Tampoco tiene un recambio de nivel Nikola Mirotic, a quien se le están pagando 21 millones de euros para que juegue prácticamente gratis en Milán, un equipo que optará a ganar la Euroleague a final de la temporada. Este parecía ser Willy Hernangómez, pero en su primer partido como culer evidenció por qué no le ha querido ningún equipo en la NBA: en defensa es un agujero negro y en ataque, su principal virtud, fue un títere en manos de Tavares, el mejor pívot de Europa... ¡Que cobra menos que él!
En Murcia sólo dio la cara Nico Laprovittola, el mejor jugador de este proyecto. Pero sus 27 puntos no fueron suficientes para superar a un Real Madrid que le pasó la mano por la cara al Barcelona. Hace falta urgentemente otro anotador en la plantilla. Este probablemente podría llegar con la plaza de extranjero que queda por ocupar y que, probablemente, Navarro no sepa ni que existe todavía.
Laporta está hundiendo al baloncesto
¡Felicidades a Joan Laporta! Ha conseguido su cometido: destruir la sección de baloncesto. El equipo no tiene la entidad suficiente para luchar por todos los títulos, ni un entrenador que dé la cara y busque soluciones en los momentos complicados. Es imposible, pero la realidad es que al presidente ya le va bien que esto sea así.
Cuanto peor vayan las secciones, más excusas tendrá para dedicar menor parte del presupuesto de la entidad. Lo que quiere decir que más dinero irá destinado al equipo de fútbol, donde los acuerdos son más beneficiosos.
