Rubiales y Vilda tienen que pedir perdón a las "15 rebeldes con causa"

Rubiales y Vilda tienen que pedir perdón a las "15 rebeldes con causa"

| 2023-08-29

| Pedro Riaño

Mapi León y las otras "rebeldes" se negaron a jugar con la selección defendiendo su dignidad ante el modelo de Rubiales y Vilda, que no comparten desde mucho antes del escándalo de Jenni Hermoso.

Luis Rubiales tiene que pedir perdón. Por avergonzar a España ante el mundo, por ensuciar la imagen de un país desde su posición dominante, por restar protagonismo a la gesta de un grupo de mujeres que han hecho historia, por perjudicar al fútbol español y su candidatura para organizar el Mundial de 2030... y por haber hecho mucho daño a 12 jugadoras que también merecían haber ganado el Mundial y fueron expulsadas del paraíso por su real capricho.

15 antipatriotas indeseables

Rubiales y su cómplice, Jorge Vilda, vendieron la imagen de las 15 rebeldes, que al final quedaron en 12, como la de 15 chicas caprichosas que querían mandar más que el presidente y el seleccionador. Se las estigmatizó como antipatriotas indeseables que anteponían sus intereses a los de la selección, se las humilló exigiéndolas que se retractaran y pidieran perdón si querían volver a la selección... Siempre utilizando su posición dominante para imponer, nunca para convencer.



Perderse el Mundial por dos tipos que no merecían la pena

Y todo eso se hizo sin atender a los intereses del fútbol español, que no eran otros que acudir al Mundial con la mejor selección posible. Y eso no fue así porque así lo decidieron Rubiales y Vilda. España ganó el Mundial, pero lo ganó a pesar de Rubiales y Vilda, que se encargaron de dividir a las futbolistas con el caramelo del mundial. Y eran tan buenas, que aún así ganaron.

Unas cuantas cedieron: Jenni Hermoso, Irene Paredes, Alexia Putellas, Mariona Caldentey, Ona Batlle o Aitana Bonmatí (para la Federación "Bonatti"). Pensaron que no era justo quedarse fuera del Mundial por el capricho de dos tipos que no merecían la pena. Y aceptaron volver a la selección a regañadientes.



Sacrificaron el Mundial por su propia dignidad

Otras se mantuvieron en sus trece lideradas por Mapi León, la mejor defensa central del mundo que no disfrutó España en Australia porque no le dio la gana compartir un minuto de su vida con tipos como Rubiales o Vilda. Renunciaron a ir al Mundial con todo el dolor de su corazón porque lo que reclamaban era mucho más importante que ganar una estrella en su camiseta. Ellas luchaban por su propia dignidad en una federación en la que se sentían nuinguneadas.

Se quedaron en España, y no por falta de ganas de poner su granito de arena en la gran empresa de la selección femenina en el Mundial. Su problema era el modelo de Rubiales y Vilda. Los medios afines a la Federación las presentaron como apestadas peleadas con España cuando su único problema eran ellos y su estilo. No deseban formar parte de su montaje, porque ya lo habían sufrido y no estaban dispuestas a volverlo a soportar.





De imponer disciplina a convencer con argumentos

Y pasó lo que tenía que pasar. El tiempo coloca a cada uno en su sitio. Y a las 15 rebeldes también. Rubiales la ha liado y Vilda también, queriéndose apropiar, con su jefe, un éxito no que no corresponde y que ha llegado a pesar suyo. No se trata de imponer disciplina, sino de convencer con argumentos. Vilda se agarra a los primero porque de lo segundo sabe poco. Y Vilda no ha convencido nunca a jugadoras acostumbradas a arrollar en España y a pasearse por Europa mientras se convertían en vulgares cuando acudían a la selección.

Se sabe que las jugadoras del Barça se quejaban cuando volvían a su equipo después de unos días en la selección porque después del primer entrenamiento en la Ciutat Esportiva tenían agujetas. Son ganadoras y están acostumbradas a un orden en su vida destinado a ganar. Y lo que veían en la Federación más que un orden era un cachondeo.



Vilda reniega de Rubiales como Judas

Se las estigmatizó, se las hizo pasar por cuatro chiquillas caprichosas. Pero el tiempo les ha dado la razón. Y merecen que Rubiales y Vilda, sus antiguos jefes, les pidan perdón por el trato que les han dispensado. Lo de Jenni Hermoso no es más que la punta del iceberg, porque ni saben disimular. Rubiales está fuera por muchas huelgas de hambre que haga su madre, por mucho que utilice de escudo protector a sus hijas y por mucho que lance a sus primas contra Jenni Hermoso mientras su pueblo sale a la calle con pancartas a su favor. No es un problema de España. La FIFA ha iniciado su caza y captura. Y aquí hasta ha conseguido poner de acuerdo a PSOE y PP. 

Y Vilda...Él mismo se retrató ovacionando como un desaforado a Rubiales en la Federación y renegando de él, como Judas, unas horas después. Ese es Vilda. El Vilda que conoce bien Mapi León y con quien no ha querido compartir un minuto más de su vida. 

Foto: El Cierrre Digital