Florentino Pérez se frota las manos, pero empieza a dudar
Un año de Mbappé en Arabia puede convertir a un futbolista millonario en un millonario que juega al fútbol, y no es eso lo que busca el presidente del Real Madrid.
Que Kylian Mbappé va a fichar por el Real Madrid, lo saben hasta los esquimales de Alaska. La irrupción del Al-Hilal árabe en la historia solo sirve para facilitar las cosas a los planes de Florentino Pérez, pero también es mortivo de preocupación para el presidente blanco.
Excesos los justos, más bien ninguno. Florentino Pérez dirige con mano firme el Real Madrid y en ningún momento se ha vuelto loco por Mbappé. Los 200 millones que llegó a ofrecer hace un año entran dentro del plan de austeridad que ha seguido el club en los últimos años preveyendo alguna necesidad excepcional de esta naturaleza.
El Real Madrid no ha abierto la boca. Mbappé no ha dicho ni pío. Pero nadie duda de que los acontecimientos se precipitan para que Mbappé firme por el Real Madrid como agente libre en 2024. La aparición de los árabes, prometiendo 300 millones al PSG por el traspaso y 200 al jugador por un año (500 si son dos) permite a Mbappé huir del infierno de París para ganar más dinero en otro sitio, permite al PSG sacarle rendimiento a su marcha y permite al Real Madrid asegurarse la llegada del jugador el próximo verano.
Para Florentino Pérez es mejor ver a Mbappé feliz jugando la próxima temporada en Arabia como aperitivo a su aterrizaje en Madrid que amargado en París sin jugar y contando los días que le faltan para obtener la libertad.
El riesgo de la experiencia árabe para Mbappé
Sin embargo, la experiencia árabe también tiene un riesgo para el Real Madrid. Si en Francia Mbappé ya es el rey de París, en Arabia puede convertirse en sultán y acostumbrarse a la vida de un sultán y dejar de ser un futbolista millonario para convertirse en un millonario que juega al fútbol, que no es lo mismo.
Y Florentino lo sabe. Mbappé puede llegar tocado de un año en Arabia disfrutando de los lujos y cumpliendo todos sus caprichos.
¿Hasta qué punto es posible someter a la disciplina del grupo a un futbolista acostumbrado a salirse con la suya siempre satisfaciendo todos sus caprichos? ¿Llegaría Mbappé viciado al Real Madrid en 2024? Es un riesgo que hay que asumir, pero está ahí.
