El francés disfruta de sus vacaciones, manteniendo en vilo al Real Madrid y, sobre todo, al PSG con respecto a su futuro más próximo.
La última publicación de Kylian Mbappé en redes sociales ha vuelto a revolucionar al madridismo, que entiende su ya célebre “White Party” como el enésimo guiño al club de sus sueños.
El hecho de si esa expresión, ese corazón blanco que acompañaba a la frase o esa fiesta ibicenca teniendo el madridismo en vilo supone realmente un gesto con el Real Madrid solo lo sabe el propio Kylian.
La única realidad que conocemos en todo este caso es que este jovencísimo futbolista que está, sin duda, llamado a marcar una época en este deporte, es más listo de lo que todos podemos imaginar. Desde el pasado año, el “bueno” de Mbappé lleva jugando a dos bandas con un único benefactor: él mismo.
Las presiones de los altos cargos del PSG y las llamadas del Presidente francés vinieron de lujo a Kylian para permanecer un año más en su ciudad, bañándose en oro y, mientras tanto, excusarse con el Real Madrid alegando que él, en todo este embrollo, tan solo es la víctima. Asimismo, este verano el “culebrón Mbappé” volvía a estallar y el encargado de volver a poner el foco mediático en este asunto era el propio futbolista. El astro francés filtró a la prensa una carta en la que exponía su deseo de no renovar y, por consiguiente, salir del conjunto parisino el próximo año, tras finalizar su contrato.
Esta estrategia tan astuta del galo pretendía conseguir o bien que el PSG optase por venderle este mismo verano; o bien cumplir el año que le queda y, de este modo, cobrar su prima por haber finalizado el contrato y, finalmente, acabar recalando en el Real Madrid a coste cero, pero con prima de fichaje.
Sea como sea, lo único que evidencian las actitudes, las declaraciones y el plan a seguir del francés es que, para él, el factor económico es absolutamente determinante de cara a su futuro. Kylian pudo cumplir el pasado verano ese ansiado sueño de cuando era un niño y, sin embargo, optó por permanecer en la jaula de oro del PSG aun sabiendo que eso, posiblemente, imposibilitara su futura llegada al Real Madrid.
En estos momentos, según las informaciones expuestas en los medios de comunicación, ha entrado en juego otro factor que también ha resultado crucial en los últimos movimientos el futbolista del PSG: su madre, Fayza Lamari. Ella fue quien se negó a que Kylian fichara por el Real Madrid cuando el galo tan solo tenía 12 años; ella también aconsejó a su hijo permanecer en la zona de confort, en su ciudad, en París y, por ende, fichar por el PSG en vez de poner rumbo a Madrid; y, por último, ella también resultó clave en la última renovación de Mbappé con el conjunto parisino.
Así pues, en su mano está dejar que su hijo y representado pueda cumplir su sueño y, ya no solo eso, sino seguir creciendo como futbolista y poder optar a títulos como el Balón de Oro, a nivel individual, o la Champions League, en el ámbito colectivo; o si, por el contrario, prefiere que Kylian se quede simplemente en un proyecto de grandísimo futbolista que, como tantos otros, tenía condiciones para hacer historia en el fútbol, pero que antepuso los millones a los sueños.