El PSG consiguió el verano pasado retener a Mbappé a base de dinero y aceptando unas condiciones deportivas que no se han cumplido y que convencen al jugador para marchar de París buscando otro club más competitivo.
La suerte está echada. Kylian Mbappé ha anunciado con elegancia su marcha del PSG proponiendo jugar un año más en París para largarse luego con la carta de libertad en el bolsillo. El PSG no le ha dado en seis temporadas ninguno de sus dos grandes objetivos: la Champions League y el Balón de Oro. El distanciamiento de Mbappé con su club tiene a tres nombres propios como protagonistas.
Kylian Mbappé firmó por el PSG hace seis años con la ilusión de disponer de un ambicioso trampolín que le catapultara a las más altas cotas del fútbol mundial. Sin embargo, las únicas alegrías que ha tenido en este tiempo se han producido con la selección francesa. Los batacazos en Europa con el PSG han sido constantes y el Balón de Oro sigue muy lejos de su alcance a pesar de su innegable calidad.
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La relación entre las dos partes se ha ido deteriorando y ya la temporada pasada intentó forzar su traspaso al Real Madrid para encontrar en el Bernabéu lo que no tiene en el Parque de los Príncipes. Pero a última hora el chorro de dinero llegado de Qatar le convenció para echarse atrás.
En la negociación sobre su continuidad no solo influyó el dinero. Mbappé impuso una serie de condiciones de obligado cumplimiento que no se han cumplido. Y ahora se siente traicionado después de una temporada decepcionante en la que el PSG no ha cubierto sus objetivos pese a disponer de una delantera insuperable: el propio Mbappé, Messi y Neymar.
Mbappé exigió el fichaje de Zinedine Zidane para el banquillo del PSG, pero le trajeron a Galtier, que nada tiene que ver con el exmadridista. Mbappé se sintió muy decepcionado porque el club fue incapaz de convencer al técnico francés para que se hiciera cargo de una plantilla que, teóricamente, era un bombón.
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El segundo nombre que exigió fue el de Lewandowski, lo que suponía el sacrificio de Leo Messi. Pero el PSG no se atrevió, mantuvo al argentino y pujo con poca convicción con el Barcelona para llevarse a Lewandowski, que ya lo tenía todo acordado con el Barcelona cuando el PSG entró en acción.
Y el tercer nombre motivo de discordia es Aurelién Tchouaméni. Para Mbappé el fichaje de su compañero de selección era vital para reforzar el centro del campo. Pero el Real Madrid le ofreció 80 millones al Mónaco y el PSG decidió no entrar en la subasta. Y Mbappé se enfadó... todavía más.
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El resto se ha visto sobre el campo a lo largo de la temporada. Y Mbappé ya no aguanta más y quiere poner fin a esta situación. Piensa que ha perdido seis años y acepta perder uno más con la garantía de que después se le abrirán las puertas del Bernabéu y con su llegada al Real Madrid tendrá la Champions a tiro y también el Balón de Oro.