¿No serán racismo también sus insultos y faltas de respeto hacia blancos rivales y aficionados?
¿Así quiere ganar el Balón de Oro? ¿Llamando la atención del mundo entero acusando a España de racista? ¿Haciendo así en torno a su persona el ruido que no han generado los títulos menores que ha logrado esta temporada? ¿Es su estrategia para ganar el Balón de Oro? ¿Dando pena como víctima del supuesto complot racista que se ha puesto en marcha contra él en España?
El tema cae por su propio peso. En su equipo jugan Militao, Rüdiger, Alaba, Mendy, Tchouaméni, Camavinga y Rodrygo. Todos son de piel negra. Ninguno ha tenido jamás un problema racista en España. ¿Por qué será que Vinicius los acumula todos? ¿Será porque los demás no se dedican a provocar a las aficiones rivales enviándolas a Segunda? ¿Será porque no les dicen en la oreja a sus rivales que él cobra más o que son muy malos? ¿Será porque no lo protestan todo ante el árbitro?
Ahora toca acusar a Valencia, y por extensión a toda España, de sufrir un problema de racismo. Si el Valencia fuera racista por pura lógica su plantilla no admitiría a jugadores como Correia, Diakhaby, Özcakar, Foulquier, Mosquera, Musah, Moriba, Kluivert o André. Demasiados negros para ser un club racista.
Y demasiado atrevimiento para un brasileño y un italiano con licencia para lanzar porquería contra España acusándola de racista. ¿Dónde están los salvadores de la Patria, los tribuletes que se visten con la bandera de España para dejar a salvo de esta mentira a la Patria? Y si España es racista, como sostienen Ancelotti y Vinicius, ¿qué hacen ellos en España? ¿España es realmente lo que un tipo tan inestable emocionalmente como Vinicius quiera vender al mundo? No es tolerable que la imagen que el planeta pueda tener de esta nación dependa de los caprichos de este futbolista consentido, corto de educación y sobrado de soberbia.
El tema es tan sencillo que se reume en tres palabras: Vinicius cae mal. Genera rechazo y se lo gana a pulso con su actitud chulesca y prepotente. Él provoca y el público le insulta y los rivales le responden. No es un problema de racismo. Solo es la respuesta a un chico consentido al que en su casa le dan todos los caramelos y quiere que en casa del vecino se los den también.
Lo del racismo viene bien para darle alcance al tema. Le viene bien que le insulten por ser negro. ¿Que le insultan porque es muy bueno? También lo es Messi, el mejor de todos y de todos los tiempos. Y solo le insultaban con ganas en el Bernabéu y Cornellà, simplemente por cuestiones lógicas de rivalidad. Benzema anotó hace unas semanas tres goles en el Camp Nou. Los celebró de forma civilizada y nadie se molestó con él. ¿Por qué con Vinicius sí? Algo pondrá él de su parte.
Pero el relato madridista pasa porque el mundo entero está equivocado y va por la autopista en dirección contraria. El único que circula en la dirección correcta es Vinicius. Los demás, en contra dirección.
"Vini, vete y sé feliz porque esto no tiene arreglo", le dicen hoy en Marca (su prensa amiga) a Vinicius. Entre todos vamos a acabar creyéndonos la gran mentira. Marca se apunta y, con tal de defender a Vinicius, da por probado que España es racista. Ya lo saben los 47,42 millones de ciudadanos con pasaporte español: "Su país es racista", así lo ha decidido Vinicius y los medios que le sostienen. Y ahora ya lo piensa el mundo entero gracias al futbolista montapollos y a su entrenador pelotari que ha venido a España a dar lecciones de civismo.
"España no tiene arreglo", añade el diario Marca. ¿Qué tendrá que ver España con los líos mentales que tiene Vinicius en la cabeza? ¿Por qué hemos de ser todos los españoles racistas? ¿Por qué no tenemos arreglo? ¿Si Vinicius no te es simpático eres racista? ¿No será que el racista es Vinicius? Si recibe insultos de aficionados y futbolistas de piel blanca, lo que automáticamente se convierte en racismo, no serán racismo también sus insultos y faltas de respeto hacia blancos rivales y aficionados? O todos moros o todos cristianos. ¿Cómo hay que entender la obsesión de Vinicius por generar jaleos y follones con los de otra raza? ¿Lo que sirve para él no sirve para los demás? ¿Quién protege a los demás de Vinicius?
De momento, ya nos las hemos cargado todos los españoles. Vinicius y Ancelotti han decidido que España es racista. Por la gracia de Dios será.
El truco de la gran mentira Vinicius consiste en relacionar cualquier manifestación de rechazo a Vinicius con el racismo. Y en base a esa gran mentira el Real Madrid ha puesto a funcionar a la Fiscalía, que no tiene otra cosa que hacer que proteger a un futbolista del Real Madrid.
Y cuando la Fiscalía profundice descubrirá que los aficionados al fútbol en España no odian a los negros, simplemente son muchísimos los que rechazan a Vinicius, y por una larga lista de motivos que nada tienen que ver con el color de su piel. Vinicius y su entorno, el suyo y el del Real Madrid, utilizan su posición para lanzar porquería contra España como nación acusándola de racista. Como si las bobadas que él hace en el campo y que le convierten en un tipo desagradable para todos tuvieran algo que ver con racismo.
Lo demostró en Valencia. Se encaró con el publico, pegó a un rival, aplaudió, menospreció y se burló del árbitro y se mofó de la afición del Valencia enviando a su equipo a Segunda con evidentes ganas de crear follón. ¿No se puede entender eso como racismo contra los blancos del Valencia?
El maravilloso fútbol de Vinicius no asegura LaLiga o la Champions League, pero sí garantiza crispación. Aunque Benzema se hinche a meter goles, los insultos los acaparará él. Y, por supuesto, nadie se acordará de Rodrygo, Tchouaméni, Militao, Alaba, Mendy, Camavinga o Rüdiger. Aunque sean negros. Porque no es este el tema.
Esta vez han ido demasiado lejos y se han pasado tres pueblos. Basta ya de reirle las gracias al niño consentido que llora y patalea cuando no le dan el caramelo. Todos los grandes cracks reciben insultos y menosprecios, eso forma parte de su trabajo, porque su calidad genera en los contrarios el mismo panico que alegría entre los suyos. Cruyff, Maradona, Messi, Zidane, Cristiano Ronaldo... Todos han sido insultados. Pero nadie ha reaccionado montan do shows como él.
Uno recuerda el regreso de Figo al Camp Nou por primera vez. No quedó un solo insulto por lanzarle junto al cochinillo o la botella de whiski. Y parece ser que, como Figo es blanco, aquello era tolerable. Pero si Figo llega a ser Vinicius el escándalo habría sido mayúsculo porque entonces solo se hubiera hablado de racismo.
El racismo es un tema demasiado serio como para limitarlo al rechazo que genera en los demás el comportamiento grosero y maleducado de un futbolista. El problema es que los medios palmeros del Real Madrid, los que se visten con la bandera de España, aceptan las descalificaciones de Vinicius contra su patria como si fueran ciertas. Hasta ahí llegan en su fervor merengue que vibra en sus voces.
¿Y nadie le va a parar los pies en su propio club? El entrenador le ríe las gracias. ¿Y más arriba? ¿No hay nadie capaz de hacer entrar en razones a este chico para que se dedique a jugar a fútbol y se deje de tonterías pendencieras? Parece que no. Parece que el Real Madrid se maneja mejor instalado en el victimismo.
España no es racista, solo le ha dejado claro a Vinicius que no le ríe las gracias a un futbolista que pretende hacer de la provocación, la crispación y el jaleo su rentable medio de vida. Cuánto daño le está haciendo Vinicius al futbol español.
El comunicado de su agente, un alegato racista contra la mayoría étnica española es impresentable, se mire como se mire: "El consentimiento velado de LaLiga a toda esta discriminación fue durante meses un mensaje a todos los españoles, de que no quiere tener a los mejores, si son negros. Los negros, en LaLiga, solo son aceptados si son coadyuvantes, y eso, Vini nunca lo será. Ni en el campo ni fuera de ellos". El representante está a la altura del representado. Probablemente ahí está el origen de las cosas raras que hace Vinicius.
También hubo situaciones de racismo con Eto´o y Alves, pero a nadie se le ocurrió decir que España era racista porque Eto´o tuvo un problema en La Romareda. A Dani Alves le lanzaron un plátano en Villarreal... y se lo comió. Vinicius hubiera puesto en marcha la Tercera Guerra Mundial.
El problema de racismo existe con Vinicius, pero lo tiene él, no los demás. Aunque se junten 20 gritando "uh, uh, uh", España no será racista. España es algo más que 20 energúmenos que existen en todos los países.
De momento sabemos que a Lewandowski le cayeron tres partidos por forcejear con un rival y largarse del campo, sin mirar siquiera al ábitro tocándose la nariz. Veremos cuánto le cae al futbolista consentido que se peleó con el público, al que provocó de forma grosera, que le atizó un manotazo en la cara a un rival y que acabó menospreciando al árbitro con aplausos burlones en su cara. ¿Será racismo si le castigan con más partidos que a Lewandowski? Lo más probable. Mejor no exponerse a ello y aplicar una amnistía, por si acaso.
Mientras tanto, el Comité de Competición ya estudia las imágenes de Valencia. Las de la invasión de campo en Cornellà no corren prisa. Como tampoco el puñetazo de Valverde. Igual nos olvidamos y la justicia también. ¡Y todos contentos!
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