Su futuro dependía de la Decimoquinta. Tras la debacle de Mánchester, Ancelotti tiene luz verde para negociar su futuro como seleccionador de Brasil.
Aunque Carlo Ancelotti ha intentado poner en valor la semifinal alcanzada por el Real Madrid en la Champions League, el técnico italiano sabe mejor que nadie que en el Real Madrid no valen las semifinales. Hay que jugar finales y ganarlas.
El futuro de Ancelotti dependía del rendimiento del equipo blanco en la Champions League. Un triunfo, la Decimoquinta, le habría garantizado su continuidad. Pero el borrón de esta noche, sumada a la debacle en LaLiga, a 14 puntos del Barça, no se compensan con la Copa, el Mundialito y la Supercopa de Europa.
El balance no es catastrófico, pero tampoco es bueno. No está a la altura de las exigencias de un club como el Real Madrid. Y Ancelotti no ha superado la prueba de La Decimoquinta y está ya sentenciado.
Carlo Ancelotti no será el entrenador para liderar le transición del Real Madrid. Tendrá vía libre para aceptar la oferta de Brasil. Y saldrá por segunda vez por la puerta de atrás del Bernabéu después de haberlo ganado todo en dos temporadas.
Eso es un éxito sin precedentes en cualquier club, pero en el Real Madrid no es suficiente. Es un club ganador que está concebido para ganar, y derrotas como la de hoy duelen mucho.
Fundamentalmente por la sensación de inferioridad que el Madrid ha dado ante un rival superior en todos los terrenos y de principio a fin. Los jugadores no han rendido al nivel que puede exigirse a estos jugadores y solo Courtois ha dado nivel de crack ante el ataque del City.
La suerte de Ancelotti está echada y él lo sabe. Las cuatro jornadas de LaLiga que restan serán un vía crucis para él.
Comenta con Facebook