El Manchester City empata en el Bernabéu y Guardiola es el gran derrotado. Así montan la película los medios palmeros afines a Florentino
El relato del aparato de propaganda al servicio de Florentino Pérez es tremendo. El pasado año el Real Madrid eliminó al Manchester City en una prórroga vibrante. El City fue mejor durante 180 minutos. El Real Madrid, durante la media hora final. Suficiente. Lo que queda es que el Real Madrid aplastó al City de Guardiola.
Este año, Pep Guardiola venía preparado para no dejarse avasallar con los cinco minutos locos del Real Madrid. Y, lejos de lo que sospechaban sus feroces críticos, se mantuvo fiel a su estilo, controlando el balón y obligando a los chicos de Ancelotti a correr detrás de él como pollos sin cabeza.
Pero llegó el fogonazo de Vinicius (el Real Madrid, que no juega a nada, vive de fogonazos dispersos y aislados de sus estrellas), el City se descentró y pasó un mal rato. En la segunda mitad volvió al City de verdad, el que puso sitio a la meta de Courtois y convirtió al meta belga en el mejor jugador de su equipo, como siempre.
Y llegó el gol de De Bruyne, el empate final y los deberes hechos. Ahora solo resta repetir el mismo resultado del pasado año, es decir, ganar por un gol, para alcanzar la final de Estambul y dejar al Real Madrid fuera, aprovechando el ambiente favorable al City y hostil al Real Madrid que se vivirá en el Etihad Stadium.
Pues todo eso, interpretado por el aparato de propaganda que sirve a los intereses de Florentino Pérez, es otra cosa. El baño táctico lo dio Ancelotti. Pese al empate, el Real Madrid ganó. Haaland fracasó y no hubo más golazo que el de Vinicius. Incluso compadecen al Manchester City porque ya está virtualmente eliminado. Casi ni vale la pena jugar el partido de vuelta porque en Madrid ya saben que va a ganar el equipo de Ancelotti.
Eso lo sostienen los que en agosto, como cada año, garantizaban que el Real Madrid iba a ganar el sextete (pero no en dos años, como presume Ancelotti, sino en uno, como Guardiola como el Barça)
Así venden la moto los medios de Madrid, a los que un empate en casa ante el Manchester City les sabe a victoria. Ahí está la grandeza del City de Guardiola. El campeón de la primera y última Champions League, se asusta cuando recibe en casa al City de Guardiola... hasta el punto de dar por bueno un empate, interpretándolo como el pasaporte que da acceso a la final de Estambul.
Son muy grandes. Y si no se confirman sus deseos e ilusiones, siempre tendrán al árbitro para echarle la culpa. Hace unos años se inventaron una zona, de la que nunca más se oyó hablar, para justificar un gol del Real Madrid conseguido en fuera de juego de dos metros en un partido de Champions ante el Atalanta (así gana el Madrid), ahora dirán, si el Real Madrid queda eliminado por el City, que la culpa es de Negreira.
Son capaces de eso y de mucho más. Su imaginación no conoce límites. Y como botón de muestra el editorial de hoy de Josep Pedrerol en el programa Jugones, que pretende ser más serio que El Chiringuito:
"Mucha posesión para nada. Ni baño, ni estilo Guardiola, ni Haaland. Unos buenos primeros 30 minutos del City y punto".
"Un árbitro que no expulsa a Bernardo Silva, un balón que sale fuera antes del gol del empate, y un disparo de Tchouameni que casi supone el 2-1".
"El City se marchó vivo del Bernabéu. Cierto. Pero ayer el Madrid dio un golpe sobre la mesa y Ancelotti le ganó la partida a Guardiola".
¡Y todos contentos con la victoria del Real Madrid sobre Guardiola!
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