El Rayo Vallecano supera al Barça en actitud y ganas y el resultado no es más que el reflejo de lo que se ganó en el campo un líder pasota y sin interés.
El Barça ha salido de Vallecas entre olés del público al juego de su equipo. El Rayo fue mucho más equipo que el líder y se llevó los dos puntos gracias a los dos goles de Álvaro García y Fran García que han descubierto las costuras de un Barça irreconocible y sumido en una crisis de juego que dura semanas.
Afortunadamente, el Barça no está en la Champions a estas alturas. Tal y como está jugando, sería víctima propiciatoria ante un grande para llevarse una goleada de escándalo. Si el Rayo puede meterle dos y dominarle de cabo a rabo durante 90 minutos, ¿qué no haría un grande de Europa con este Barça que parece una caricatura?
Si a Xavi le sigue interesando lo del cómo, ahora mismo tiene que estar muy preocupado. Este Barça no juega a nada. A nada de nada. Lo del Atlético fue un espejismo. Hoy ante el Rayo ha jugado como frente al Girona o como frente al Real Madrid el día del 0-4.
Hasta ha perdido solidez defensiva y ha encajado en 90 minutos dos goles después de haber recibido 9 en las 30 jornadas anteriores. La defensa no ofrece seguridad. Koundé se distrae demasiado y contagia a Araujo y a Marcos, que no es central, aunque juegue de central en este Barça.
Se esperaba que con la entrada de Pedri y Frenkie De Jong junto a Gavi, el centro del campo ganaría en inspiración, magia y profundidad. Pero nada. Espesos los tres. Y una vez más, Lewandowski desasistido, Ferran ausente y Raphinha inoperante.
Álvaro ha marcado en la primera mitad y Fran García ha anotado el 2-0 en el minuto 54 culminando una jugada que nació en un error de Frenkie De Jong.
El Rayo se ha comido al Barça porque sus jugadores, bien ordenados en el campo, mordían en la lucha por el balón. Los del Barça se limitaban a verlas venir. Sin intensidad, sin ganas, sin actitud.
Xavi se ha desesperado. Ha quitado a Ferran y Marcos y ha colocado a Alba y Ansu Fati en su lugar. Otra oportunidad que no ha aprovechado Fati. Y Ahí estaba también Gil Manzano, el árbitro que gusta a Florentino Pérez, el que expulsó a Lewandowski en Pamplona. El Rayo ha repartido de lo lindo durante todo el partido, especialmente a Lewandowski, pero todas las tarjetas para el Barça: Gavi, Balde, Alba y Raphinha. Manzano ha anulado un gol a Lewandowski y ha permitido demasiadas brusquedades en el Rayo.
Pero el árbitro no es excusa para un Barça que no ha dato la talla como líder. Lewandowski maquilló el tanteo en el minuto 82 con un gol marca de la casa. Aún quedaba tiempo para buscar el empate, pero nada. Este Barça no tenía ganas.
Y Xavi debe tomar nota. Esto no progresa adecuadamente. El equipo va de más a menos. Y al paso que vamos amenaza ruina total. Ni gana ni juega bien. Nada.
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