El acuerdo del Barça con Messi es total, pero quedaría sin efecto si la UEFA decide expulsar al Barça de la Champions League.
Leo Messi lo tiene decidido. Quiere regresar al FC Barcelona. No encuentra un destino mejor después de salir de París el próximo 30 de junio. Pero la operación puede saltar por los aires por culpa de la UEFA.
Messi lo tiene tan claro que incluso ha matriculado a sus hijos en el mismo colegio que tenían antes de que la familia pusiera rumbo a París.
El acuerdo sería por dos años y al término del mismo el club organizaría un macrohomenaje de despedida en el que Messi recibiría buena parte de los ingresos que no tendrá en su salario de dos años.
El club también ha atendido sus necesidades deportivas y le ha garantizado la continuidad de Busquets y Jordi Alba, sus amigos del alma. Ambos estaban destinados a salir del club este verano para liberar masa salarial, pero Messi exige su continuidad.
Xavi ha puesto de su parte con largas conversaciones telefónicas que han encandilado a Messi y le han generado unas ganas enormes de regresar a la que siempre será su casa. Y, por supuesto, Antonela y sus tres hijos, aplauden con las orejas la posibilidad de volver a Barcelona.
Sin embargo, todo queda supeditado a una cuestión que pueda echar al traste la operación. Si la UEFA, que ha decidido entrar de oficio en el Caso Negreira independientemente de lo que decidan los tribunales, resuelve una sanción para el Barça que pase por su expulsión de la Champions League, el acuerdo con Messi quedará invalidado.
Messi quiere volver a intentar ganar la Champions League, que sería la quinta en su palmarés. Y tiene puesta en ella la misma fe que puso en el Mundial que ganó con Argentina. Además, desea elevar sus cifras goleadoras para superar a Cristiano Ronaldo en la historia de los goleadores de la competición. El portugués es el máximo goleador histórico, con 140 goles. Le sigue Messi con 129. Y Messi considera que dos temporadas son más que suficientes para superar esa diferencia de once goles.
Pero para ello necesita jugar la Champions League. Y si no puede hacerlo, el Barça deja de cumplir con sus expectativas deportivas, aunque le tenga ganado en el terreno sentimental e incluso económico. En ese caso, Messi no se ve jugando la Champions con otro equipo y optaría por una de las dos opciones que le quedan: Arabia, en donde le han prometido 400 millones, o Inter de Miami, en donde viviría la experiencia americana que tanto gusta a su esposa.
Todo queda supeditado a lo que decida la UEFA. Joan Laporta ha iniciado una vía de aproximación con Ceferin, demarcándose de Florentino Pérez, consciente de que un castigo severo de Ceferin impediría al FC Barcelona recuperar a Leo Messi.
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