La prensa adicta a Florentino, que en su momento justificó la agresión de Mourinho a Tito Vilanova y que defiende a Vinicius por los palos que recibe a raíz de sus provocaciones, intenta ahora maquillar la salvaje agresión de Valverde.
"Yo no soy así", dicen en Marca que sostiene Fede Valverde para explicar su agresión fría y calculada sobre Baena. Hubo una provocación y, por tanto, la violencia camorrista y pendenciera de Valverde está justificada... porque Valverde no es así.
No será así, pero se comportó como un gorila ante Baena. Cualquiera habría reaccionado igual, dicen. Cualquiera es posible, pero no un futbolista de elite que lleva en su pecho el escudo del Real Madrid, club al que representa. Y ahora toca lavado y planchado, sesión de maquillaje. Y al final el malo acabará siendo el agredido. Al tiempo.
La estrategia de los medios madrileños/madridistas adictos a Florentino Pérez recuerda a la que protagonizaron en su momento cuando Jose Mourinho, de forma cobarde y por la espalda, agredió a Tito Vilanova metiéndole un dedo en el ojo. Señorío en estado puro. "¿Tito, Pito...? No sé quién es", dijo Mourinho en tono despectivo y chulesco sobre el entonces segundo entrenador del Barça, ya en frío y una hora después de su salvaje agresión.
Una peña del Real Madrid, La Clásica, decidió diseñar una pancarta gigante para lucirla en el Bernabéu. "Mou, tu dedo nos señala el camino", se podía leer. Apología pura y dura a la violencia de una peña del club "señor". Florentino Pérez consintió que esa pancarta luciera en la grada del Bernabéu durante dos meses, hasta que desde el Barça se presentó una queja formal porque eso no era digno de un club como el Real Madrid.
Pero hubo más. Desde El Chiringuito, entonces Punto Pelota, se presentó la pancarta en rigurosa primicia mundial, como algo noticiable y, por supuesto, justificable. Seguramente, porque, como en el caso Valverde-Baena, entendieron que el agresor fue Tito Vilanova, que golpeó con su ojo sobre el dedo de Mourinho.
Así se escribe la historia en el Real Madrid. Los malos son los otros, los que compran partidos, aunque no exista una sola prueba de ello. Y los buenos son los que van atizando puñetazos o metiendo el dedo en el ojo de forma cobarde y pendenciera.
Ahora esgrimen en que hubo una provocación que viene de hace meses, por lo que la acción de Valverde reviste más gravedad porque fue premeditada, alevosa y nocturna. La tenía estudiada.
Pero era la respuesta a una "provocación". También son una respuesta a sus provocaciones los manguilazos que se lleva Vinicius por decirle a sus rivales que son "malísimos", como recientemente ocurrió con Raíllo y a Ferran Torres. "Pa´bueno, él". Y luego nadie se le puede acercar, porque un contacto con él es agresión o directamente racismo. En el caso de Vinicius la provocación no es atenuante. La prensa de Florentino Pérez solo ve la tarascada final. Como en el Camp Nou, cuando se justificó su grosería en el campo faltándole el respeto a la afición del Barça en los goles del Real Madrid.
Los maquilladores mediáticos dijeron que esa era su respuesta a los gritos de cuatro que le cantaron: "Vinicius, muérete". Pero el orden está alterado sibilinamente. Vinicius escuchó esa canción (no fueron más de diez segundos ante el siseo generalizado de todo el campo), después de provocar con sus gestos a los aficionados. Pero la historia se escribe en Madrid según convenga. Benzema anotó ese día tres goles, y celebró los tres con el lógico júbilo sin que nadie se lo recriminara. ¿Por qué será que el mundo entero le tiene manía a Vinicius y no a Benzema, que es el de los goles?
Vinicius es la víctima por recibir. Valverde es la víctima por atizar. Siempre tienen argumentos para justificar lo injustificable. Si fueron capaces de hacerlo con Mourinho, qué no harán con Valverde. El siguiente paso es una pancarta en el Bernabéu, presentada en rigurosa exclusiva en el Chiringuito, con el lema: "Valverde, tus puños nos señalan el camino".
Señorío en estado puro.
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