Lo peor del clásico, el Barça. Naturalmente. El Real Madrid no disparó a puerta una sola vez, pero lo peor fue el Barça, que ganó el partido. Así reacciona la claca mediática de Florentino Pérez ante la nueva humillación de Xavi, que gana más que pierde en el santuario del Bernabéu. Con su estilo o sin su estilo. Da igual.
El Barça se presentó en Madrid como si el Real Madrid se presenta en el Camp Nou sin Benzema, Vinicius, Modric y Militao. El dato, importante, ha sido obviado por los paladines de la crispación contra Xavi. Se quedan con que el Barça puso el autobús... en una eliminatoria de dos partidos en la que el Camp Nou resolverá. A Xavi no le gustó el cómo, pero bienvenido sea cuando el Real Madrid, el mejor equipo del mundo mundial, arropado por los suyos, no fue capaz de inquietar al Barça ni una sola vez con un disparo entre los tres palos.
No se preguntará nadie por qué Benzema, Vinicius, Modric y Kroos se borraron del partido. Ni por qué Ancelotti volvió a fracasar en la pizarra ante Xavi. Eso sí es grave. Y así le fue al Madrid. Llevamos días de tabarra con los premios The Best, que si Messi no se lo merece, que si Benzema y Vinicius... ¿Estos dos pretenden ser The Best después de lo que aportaron ayer? Eso sí que sería un chiste.
Xavi tiene un estilo que marca el juego de un Barça reconocible. Otra cosa es que las circunstancias de los partidos obliguen a renunciar a él. También tiene Xavi como primer mandamiento ganar, pero no se puede ganar siempre. Lo que no va a hacer el Barça, cuando queda pendiente el partido del Camp Nou, es lanzarse alegremente al ataque (sin sus delanteros titulares) para que el Real Madrid encuentre facilidades para empatar, que es lo que exige la tropa de gaiteros de Florentino Pérez. Es un partido de 180 minutos y hay que economizar para la segunda parte.
Josep Pedrerol, el caudillo de la cruzada antibarcelonista, se quejaba del victimismo hace apenas cuatro días y acusaba a los que buscan excusas sin hacer autocrítica de "perdedores y acomplejados". Se refería al Atlético tras el derbi, pero ahora se trata del Real Madrid, y el Real Madrid sí que puede echar balones fuera, crear cortinas de humo y vender motos para despistar al personal. Y no hay mejor cortina de humo para desviar atenciones que centrarse en que el Barça no ha sido fiel a su estilo y que ahora juega como un equipo pequeño... Como juega el Real madrid siempre, vamos.
Si Xavi es educado, respeta al rival y dice que el Real Madrid es favorito y lo justifica, palo por falsa modestia y por mentiroso ocultando lo que piensa. Pero si Xavi dijera que el favorito es el Barça, más palos por chulo y prepotente. Es igual lo que diga el técnico del Barça, la caverna le crucificará igual. Lo pone en el guión.
Son profesionales de la propaganda y expertos en darle la vuelta a la tortilla. Hasta algún tribulete anda por ahí diciendo que el Real Madrid perdió... ¡por culpa del árbitro! El mismo árbitro que le reconoció a Militao que vio la tarjeta roja a Vinicius pero no se atrevió a enseñársela.
La cruda realidad es que si no hay penalti no hay party para el Real Madrid. Y que si el rival llega al final con once jugadores, se le hace muy cuesta arriba dominar los partidos. Tal cual. El problema es que si no pisan el área es díficil que el árbitro pite penalti sin que se note.
Y el Madrid de la pegada. ¿Dónde está? Al Barça también le ponen el autobús partido tras partido. Alguna vez ha perdido en esta Liga y las demás ha ganado, por eso le lleva siete puntos Real Madrid. El Barça se enfrenta a los mismos rivales que el Real Madrid, con las mismas dificultades. Aunque ya se sabe, si gana el Barça, el rival no se presentó. Si gana el Real Madrid, con penaltis y expulsiones ajenas, tres puntos de oro.
La excusa del juego del Barça para justificar la penosa actuación del Real Madrid no sirve más que como coartada a los "perdedores acomplejados" como Josep Pedrerol, que en Jugones ha hablado de todo menos del penoso partido que hizo el Real Madrid en el clásico. Llorones, los otros.
Y andan todos, como Marca, enfrascados en que "se acaba el gran mito del Barça". Les habría gustado ver un Barça abierto, desguarneciendo la zaga y dejándose meter cuatro goles. Es lo que esperaban, pero a Xavi le pagan para que suceda lo contrario, aunque eso no guste entre los propagandistas de Florentino, que se han preocupado de borrar lo de la tarjeta roja a Vinicius reconocida por el árbitro porque esas cosas no gustan en el puesto de mando de la Casa Blanca.
La conclusión no es que el Real Madrid perdiera el clásico, sino que lo ganó el Barça... jugando mal. Y qué mal Gavi, el del pundonor fantástico cuando juega con La Roja, chocando con Militao y Camavinga. Y qué bien Vinicius, dirigiéndose al árbitro con aspavimientos y con el pulgar hacia arriba de forma ostentosa. Nada que ver con tocarse la nariz a distancia, como hizo Lewandowski, que eso sí es gravísimo. Y Xavi muy nervioso (¿no sería más adecuado incidir en la pasividad de Ancelotti?). Y lo que decía sobre el estilo Xavi cuando estaba en Qatar. Tienen una fijación con él como la mostraron en su momento con Guardiola. No soportan que les pasen la mano por la cara en el Bernabéu y responden a su manera. Torpe, pero es la única que tienen para confundir al personal.
Tampoco aparecen en los resúmenes de la prensa del régimen lo que de verdad se oyó en el Bernabéu, no lo que interesa explicar relacionado con corrupción y Laporta. Y es que el Bernabéu tiene licencia para insultar al Barça. De hecho, eso no es noticia.
Pero el partido ya es historia y la eliminatoria está bien encarrillada para dejar al Real Madrid, una vez más, fuera de la final de Copa después del paseo de Xavi y sus hombres por el que también empieza a ser su jardín. Cuatro veces se han enfrentado esta temporada el Barça y el Real Madrid. Y Xavi ha ganado tres, ahí les duele. No soportan que el Barça de las palancas, un equipo que no es digno de la Champions League, deje en evidencia al mejor equipo del mundo mundial de este siglo, del pasado y de los que están por venir.
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