El Mundo ha sacado a la luz un documento que deja prácticamente tocado y hundido al FC Barcelona. En 2019, poco después de que el club catalán le quitara su sueldazo a Enríquez Negreira por 'asesoramientos verbales', el que fuera vicepresidente del CTA envió un burofax al entonces presidente, Josep María Bartomeu, amenazando con sacar todo a la luz.
En cuanto se quedó sin sueldo, Enríquez Negreira amenazó al expresidente culé con desvelar todas las irregularidades del Barcelona si no le devolvían su salario anual: "No profeso animadversión hacia ninguna persona del club y no tengo voluntad de dar publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con nadie del club. Pero usted, me obligará a ello si no reconsidera su decisión y cumple con el acuerdo que teníamos de seguir contando con mis servicios hasta el fin del mandato presidencial", indicó el ex colegiado.
En este sentido, este es el burofax completo que ha publicado El Mundo:
Apreciado Sr. Bartomeu
Le envío la presente tras ser conocedor de la respuesta que el Club ha trasladado en relación con el requerimiento que curse a través de mi despacho de abogados.
Mi sorpresa y decepción ha sido mayúscula. Después de todo este tiempo juntos me lo tomo como un insulto personal absolutamente injustificado.
Tengo la firme intención de cursar denuncia ante los Juzgados lo que seguro acarreara consecuencias negativas.
Hasta ahora no he iniciado esas actuaciones para, justamente, evitar graves consecuencias, albergando la esperanza de llegar a un debido entendimiento en relación con mi pretensión ya que no creo que otro escándalo favorezca al Club, y mucho menos al Sr. Rosell habida cuenta de la situación judicial que afronta tanto él como el Sr. Contreras que tampoco está mejor que el Sr. Rosell habida cuenta de cómo éste facturaba al Club o éste a él.
Hasta la fecha y habida cuenta de la reciprocidad en el trato recibido por usted, el resto de hoy expresidentes y el Club, he considerado que me debía al respeto y decoro recibido. No obstante, su actual actuación hacia mí, con el agravio y perjuicio que ello me conlleva, lamentablemente, me libera de tal autoimpuesta obligación forzándome a tener que hacer intervenir al Sr. Rosell y al Sr. Contreras en las actuaciones judiciales que iniciaré para defender, lógicamente mis intereses y derechos que el Club, sin decoro ni respeto, se ha permitido pisotear impunemente.
A pesar de ello, y pese a estar en mi derecho de poner en conocimiento de la autoridad de forma pública de todo aquello que conozco y puedo acreditar y que contextualiza perfectamente el escenario en el que me he movido y relacionado con usted y los anteriores presidentes, no quiero dejar pasar la oportunidad de llegar a un acuerdo justo para ambas partes y no desproporcionadamente injusto al que el club quiere someterme.
No profeso animadversión hacia ninguna persona del club y no tengo voluntad de dar publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con nadie del club, pero usted me obligará a ello si no reconsidera su decisión y cumple con el acuerdo que teníamos de seguir contando con mis servicios hasta el fin del mandato presidencial. Tanto usted como el Sr. Rosell, como vicepresidente y presidente y viceversa, por no citar a más, convinieron conmigo los acuerdos que hoy ustedes pretenden incumplir impunemente.
Desgraciadamente, frente a tal propósito no puedo quedarme cruzado de brazos. Mi trabajo y servicios prestados para ustedes ha sido intachable, ni la CNA ni la RFEF pueden ni podrán reprocharme nada en este sentido.
Le pido que mantengamos un encuentro privado entre nosotros dos, absolutamente confidencial, para poder resolver este asunto de forma definitiva por y para el bien de todos.
Quedo a la espera de que me convoque en tal sentido con carácter urgente. Caso contrario, entenderé que usted no sólo me obliga sino que me provoca para hacer cuanto esté en mi mano en defensa de mis intereses, sin miramientos.