A Josep Pedrerol se le entiende todo. Vender humo es su especialidad, sobre todo cuando las cosas van mal dadas en el Real Madrid y el Ser Superior necesita un capotazo. Pedrerol siempre está dispuesto a echar una mano para la causa desde sus poderosas atalayas de Atresmedia y lo que pongan a su disposición en Barcelona.
El Real Madrid pinchó en casa contra la Real Sociedad. Fue incapaz de marcarle un gol a un rival al que el Barça echó de la Copa cuatro días antes derrotándole y marcándole un gol. Ese día Pedri hizo lo que últimamente no acostumbra a hacer Valverde. Pero al que le falta gol es a Pedri.
Con este tropiezo blanco en casa el Barça se va a cinco puntos en la tabla y ya celebra el título honorífico de campeón de invierno sin haber agotado la primera vuelta. El tema es lo suficientemente preocupante, y más tras el sorteo de la Copa, como para que Josep Pedrerol se moje y ponga en marcha su artillería pesada.
La noticia no es que el Real Madrid va dando tumbos. La noticia no es que el Barça se escapa. La noticia no es que el Real Madrid no juega a nada ni que Vinicius tiene el punto de mira desviado. La noticia es que el Barça juega mal. Ese es el tema que conviene tratar y debatir en un momento delicado para el Real Madrid.
¿Qué sería del Real Madrid sin el Barça? Hasta ocupando la primera plaza destacado el Barça sirve para anestesiar al madridismo con sesudas disquisiciones que no buscan otra cosa que no sea distraer la atención.
Josep Pedrerol no soporta que el Barça gane sin jugar bien. Lo que no le exige al Madrid, al que le basta con la épica del minuto 93 para borrar todo lo hecho en los 92 minutos previos. No entienden o no quieren entender que Xavi busque algo más que ganar partidos y persiga la excelencia del buen juego, algo que no siempre se puede conseguir. Pero sí intentar.
Y no deja de ser sintomático que quienes ovacionaron en su momento las carnicerías de Pepe o el dedo en el ojo de Mourinho a Tito Vilanova, ahora le exijan al Barça que juegue bonito. Al menos lo intenta. Otros, ni eso. Tiene que hacerles rabiar mucho ver al Barça campeón de la Supercopa y encaramado a la primera plaza de la tabla, con cinco puntos de ventaja sobre el Real Madrid, jugando al toque y a controlar el balón.
Es cierto, como dice Pedrerol, que hay muchas formas de jugar al futbol y ganar al margen del tikitaka. Pero da la casualidad de que jugando de esta manera el Barça no pierde un partido desde octubre (ante el Bayern) y le pasa la mano por la cara a todos en LaLiga. También a los que juegan de otra manera. Con el tikitaka el Barça no solo venció al Real Madrid en la final de la Supercopa, sino que le dio una lección soberana de fútbol.
España le debe mucho a esta filosofía de juego. Un Mundial y dos Eurocopas, por ejemplo. Jugando así el Barça ha ganado una decena de ligas en este siglo, más que nadie. Más también que el que juega de otra manera, a ganar, echando mano de la épica, lo que solo le sirve para perder más de lo que gana. Y también el Barça ha conquistado cinco Champions sin traicionar a su estilo. Y eso es lo que más le revienta a Pedrerol, que hoy, en su artículo de Sport, un diario que se ha aproximado peligrosamente al Real Madrid, intenta hacernos olvidar el naufragio de ese equipo que ayer se estrelló en casa ante la Real Sociedad, porque la noticia es que el Barça juega mal.
Es posible que el Real Madrid generara ante la Real Sociedad muchas ocasiones de gol. También el Barça las creó, hasta doce ocasiones claras, en su última visita a Múnich. Y salió escaldado con un 3-0. Pero aquello fue una "humillación", lo de salvarle la cara a todos cuando no se gana solo está reservado al Real Madrid.
Así se explica Pedrerol hoy en el diario Sport:
“Lo importante es el cómo”, suelen decir Xavi y Laporta cuando tienen oportunidad, es decir, casi todas las semanas. Es fundamental ganar, claro, pero también jugar bien, mostrar al mundo el intransferible ADN que Guardiola implantó con éxito y ahora intenta recuperar Xavi. Lo escuchamos tras ganar la Supercopa contra el Real Madrid, cuando, henchido de orgullo por la contundencia del resultado y el fútbol desplegado (el mejor desde que llegó al banquillo), Xavi dijo que se quedaba con el cómo antes que con el título. El caso es que desde entonces no ha habido cómo ni motivos para sacar pecho. El Barça gana por la mínima con un fútbol vulgar, ramplón y aburrido. Demasiado toque horizontal, poca llegada y algún bostezo en la grada. Creo que nos estamos confundiendo. Es un error relacionar la posesión del balón, la pura estadística, con jugar bien. El objetivo último del fútbol es crear ocasiones, marcar más goles que el rival y, por lo tanto, ganar. Así de simple. Y para eso hay que encarar al rival, dotar al juego de velocidad, regate, cambio de ritmo y gol, sobre todo gol, que para eso paga el espectador. El toque por el toque es, simplemente, filosofía mal aplicada. Xavi lo sabe mejor que nadie.
En el fútbol actual hay una realidad preocupante. Se está coartando la libertad a los jugadores habilidosos y diferentes, antes eran imprescindibles, ahora, sospechosos. Prima la defensa, la portería a cero, la seguridad, los medios de pierna fuerte o el delantero esforzado que ejerce de primer defensa. Las víctimas, claro, son ellos, los futbolistas diferentes, aquellos que te levantan del asiento. Lo tengo claro: más jugadores como Dembélé, Rodrygo, Vinicius, Luiz Henrique o Joao Félix es lo que necesitamos. Y también entrenadores valientes en el campo y no en las salas de prensa. O árbitros que permitan que el fútbol español recupere el ritmo, sin tantos parones por culpa de un VAR mal utilizado, que esto parece una partida de ajedrez en lugar de un deporte dinámico y apasionante. Hay que recuperar el espectáculo. Aplaudamos el juego de la Real Sociedad o el Betis y censuremos el estilo ramplón en el que la pizarra manda sobre la creatividad. Que no se carguen este maravilloso deporte llamado fútbol".