Ceballos es la última víctima de la desespañolización del Real Madrid, seis centrocampistas extranjeros le cierran las puertas del equipo blanco.
Que fuera el MVP del Europe Sub 21 cuenta poco en el Real Madrid cuando uno es español. A Dani Ceballos ya le han enseñado la puerta de salida en el Real Madrid. Es español y no tiene sitio en el glamouroso equipo que Florentino Pérez ha montado con mercenarios extranjeros.
Ceballos triunfó en el Betis, triunfó en las selecciones inferiores de España y triunfó en su cesión al Arsenal, pero en el Real Madrid le tienen preparada la patada. Han fichado a un tal Tchouaméni, un futbolista que hace unos meses nadie sabía quién era, y en plan club-estado pagarán cien millones por esa ganga de nombre difícil.
Y Ceballos es demasiado fácil de pronunciar, no tiene glamour y sobra en esa plantilla en la que son bien recibidos franceses, brasileños, belgas, alemanes, austríacos, croatas o serbios mientras se repudia el producto nacional bruto.
Las normas en el Real Madrid de Florentino Pérez funcionan así: donde esté un extranjero, que se quite el español. Y luego se quejan de Luis Enrique no selecciona a futbolistas del Real Madrid.
¿A quién tiene que llamar? ¿A Tchouaméni? Probablemente acabará llamando a Ceballos, pero eso será después de que le den la patada en el Real Madrid.
Lo mismo ha pasado con Raúl de Tomás, Morata, Llorente, Mario Hermoso, Sarabia o Marcos Alonso... No servían para el Real Madrid porque una pandilla de legionarios acaparaba los puestos de titulares. Pero no eran tan malos.
Con Ceballos puede pasar lo mismo. Será la última víctima de la política de desespañolización del Real Madrid, que afrontó la final de la Champions League de París con un español, los mismos que el Liverpool.
Lo de Ceballos se entiende. Tiene por delante a Casemiro, Tchouaméni, Modric, Valverde, Kroos y Camavinga: un brasileño, dos franceses, un uruguayo y un alemán. El español, naturalmente, sobra.