Militao impidió que se jugara a fútbol en la prórroga simulando una lesión grave, pero luego era el que más saltaba en el vestuario celebrando el triunfo.
Ayer se jugaba en el Bernabéu un partido de fútbol, aunque algún jugador, como Militao, no pareció tenerlo claro.
"El milagro como táctica" es el titular de El Periódico que resume el estilo de juego del Real Madrid. Va de ganar, de milagro o como sea. Y en el como sea cabe todo. Por ejemplo, convertir los 15 minutos de la segunda parte de la prórroga del Real Madrid-Manchester City en 7' 38" valiéndose de artimañas que nada tienen que ver con el fútbol. Y aquí se trata de fútbol.
Entre la decisión del árbitro Daniele Orsato de recortar 11 segundos los 3 minutos anunciados de prolongación (¿para qué se anuncia el tiempo si luego no se cumple?) y los numeritos de Militao, que se tiró al suelo hasta tres veces convenciéndonos de que su vida estaba en peligro, descubrimos que la magia del Bernabéu consiste en la complicidad arbitral (el penalti que no falte y la no expulsión de Casemiro tampoco) y en las trampas de los jugadores blancos para impedir que se juegue a fútbol, quizá suponiendo que ahí tienen las de perder. O eso es lo que parece.
Y el Real Madrid decidió no jugar a fútbol empleando toda clase de trampas y engaños para que pasara el tiempo sin que el balón estuviera en juego. Los números son tremendos. No se jugó la mitad de la segunda parte de la prórroga. Y si se trata de no jugar, ahí el Real Madrid siempre lleva las de ganar.
Mundo Deportivo denuncia que cuando la prórroga llegó a los 15 minutos, apenas se habían disputado 5 minutos y 32 segundos, el 35,5% del tiempo oficial. Esto supone una estafa para el aficionado, pero cuando el tema va de milagros y de ganar a cualquier precio, el personal parece dispuesto a tolerar que le den gato por liebre cuando paga para ver un partido de fútbol.
La misma fuente explica que "de los primeros cinco minutos de ese segundo tiempo de la prórroga se jugaron apenas 1' 31". Entre el minuto 5 y el 10 se disputaron 1´36". Y en los cinco minutos finales 2´25". Así gana el Madrid, sin jugar.
7´38" minutos jugados en la segunda parte de la prórroga sobre un total de 18 minutos. Un 42% del tiempo.
Pero lo más llamativo llega con las imágenes de la celebración en el vestuario del Real Madrid, en donde puede apreciarse que Militao, principal responsable de que no se jugara a fútbol en la prórroga porque se pasó casi 5 minutos tendido en el suelo y haciéndonos creer que sufría una grave lesión y que acabaría en urgencias, saltaba y brincaba como el que más. Ya no se acordaba de la lesión que simuló en el campo y que le sirvió a su equipo para ganar. Porque también así gana el Madrid. Con trampas y antifútbol.
Pero no sólo no le reñirán por su comportamiento antideportivo. Recibirá felicitaciones por impedir que el Manchester City pudiera jugar a fútbol empleando métodos deleznables y propios de un equipo pequeño que se sabe inferior y que no se atreve a jugarle de tú al rival.