Los futbolistas de Xavi ya se sintieron "vendidos" por la directiva al al ser recibidos a pedradas y con patadas a su llegada con el autocar al Camp Nou
A Joan Laporta no le ha hecho ninguna gracia que Xavi Hernández se sume sin ambajes a las críticas que ha recibido la junta directiva de los aficionados y socios barcelonistas y los medios de comunicación por permitir la invasión alemana del Camp Nou a cambio de dinero.
Laporta esperaba que Xavi reaccionara en un momento de crisis como éste alineándose al lado del presidente y cerrando filas en torno a él, pero Xavi se ha desmarcado y ha dejado descolocado a Joan Laporta, que considera que si a las primeras de cambio reacciona así, cuando llegue algo de mucho peso le puede dejar literalmente tirado.
Anoche, preguntado sobre el tema, Xavi dijo: "Es una evidencia que no nos ha ayudado el aspecto de la grada. Esperábamos 70.000 u 80.000 culés. Lo habíamos pedido, necesitábamos este apoyo para superar el partido. Y parecía una final. Ha sido un error de cálculo nuestro, un error de planificación sí. El club está chequeando qué ha pasado".
Xavi no se mordió la lengua y dijo lo que los jugadores esperaban de su líder. Y hasta dio a entender lo que estaba pasando en el vestuario, que los jugadores dudan de que los gestores no están a la altura de la grandeza del club si no saben gestionar un asunto tan sencillo como éste y que, además, afecta a la seguridad de los socios.
El malestar entre los jugadores es enorme y a él se suma Xavi Hernández, que entre sus futbolistas y el presidente que le puso en el banquillo para salvar su propio cuello se queda con los suyos. De hecho ya empezaron a sentirse perdedores al llegar al Camp Nou con el autocar y ser recibidos a pedradas y patadas por los aficionados alemanes (la seguridad volvió a fallar).
Laporta delega la responsabilidad en la sombra de temas importantes como la seguridad en familiares y amigos fieles y los resultados son los previsibles. No puede salir bien.