Rosell, Abidal y Castillo se enfrentan a entre 5 y 8 años de cárcel

Rosell, Abidal y Castillo se enfrentan a entre 5 y 8 años de cárcel

| 2022-04-04

| Fede Peris

Cuatro conversaciones teléfonicas sorprenden a Rosell y Castillo admitiendo que compraron el hígado y que lo del primo era un invento.

El asunto del trasplante de hígado al que fue sometido Eric Abidal para salvarle la vida en 2012, cuando aún era futbolista del FC Barcelona, aún colea y puede ocasionar graves consecuencias para el propio Abidal, el expresidente Sandro Rosell y el exempleado del club Juanjo Castillo.

El Instituto Nacional de Toxicología, dependiente del Ministerio de Justicia "no ha encontrado pruebas de que el exjugador del FC Barcelona Eric Abidal, y el supuesto primo que le donó una parte de su hígado en 2012, Gerard Armand, sean realmente familia", según informa hoy El Confidencial.



Entre cinco y ocho años de cárcel

De confirmarse este supuesto, Eric Abidal, Sandro Rosell y Juanjo Castillo se enfrentarían a una pena de prisión de entre cinco y ocho años.

El caso está siendo investigado por el Juzgado de Barcelona y, según la misma fuente, "el hallazgo apuntala los indicios de culpabilidad contra los implicados" como consecuencia de las cuatro conversaciones telefónicas que le fueron pinchadas a Sandro Rosell en las que ambos admiten, sin saber que estaban siendo grabados, por la Guardia Civil y la Policía Nacional, que compraron un hígado ilegal para Abidal y que lo del supuesto primo no era más que un invento.



La conversación se produjo cuando Abidal arremetió contra Sandro Rosell y su directiva por no haberle renovado su contrato con el Barça cuando a los 36 años ya estaba curado y el club entendió que sus servicios ya no eran necesarios, entre otras razones porque su posición estaba destinada al entonces joven Jordi Alba.

El tráfico de órganos está penado por el Código Penal

El Confidencial añade que "tras difundirse las escuchas, los investigados ya admitieron que, en realidad, Abidal y el donante no eran primos hermanos, sino que únicamente tenían en común una abuela".





Y ahora Toxicología "ha determinado, tras analizar muestras biológicas de ambos, que ni siquiera puede acreditarse que sean familia (...). La relación de parentesco es clave para autorizar un trasplante 'inter vivos' porque presupone que hay una motivación afectiva para ceder altruistamente a otra persona una parte de un órgano".

Los tres implicados se exponen a una pena de entre cinco y ocho años de cárcel porque "además del tráfico de órganos, el Código Penal castiga expresamente en el artículo 177 bis, con entre cinco y ocho años de prisión, la trata de personas con el objetivo de "extraer sus órganos corporales". Para ello no es imprescindible que se haya producido un pago. Es suficiente con que medie un "engaño" o el beneficiado abuse "de una situación de superioridad, o de necesidad o de vulnerabilidad de la víctima nacional o extranjera"



 

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