Toda la verdad sobre la denuncia contra el Barça de Gio Queiroz

Toda la verdad sobre la denuncia contra el Barça de Gio Queiroz

| 2022-03-29

| Fede Peris

El FC Barcelona sostiene que Queiroz se saltó las normas del confinamiento y que jamás desde el club se ha puesto ningún impedimento para que sus deportistas acudan a la llamada de sus selecciones.

Gio Queiroz es jugadora del FC Barcelona femenino y juega cedida en el Levante. Hoy ha hecho pública una carta dirigida al presidente del FC Barcelona a través de las redes sociales en la que denuncia situaciones de acoso y agresiones en el FC Barcelona, lo que le han llevado a denunciar al club por sentirse víctima de "acoso laboral y violencia psicológica contra las mujeres" por parte del FC Barcelona.

El Barça no podría ser campeón de todo en un infierno de acoso y agresiones

Desde el club responden que la trayectoria exitosa del equipo femenino del FC Barcelona no habría sido posible dentro del ambiente infernal que denuncia la jugadora cuyos derechos pertenecen al club blaugrana, a cuya disciplina se debe. Y rebaten sus argumentos acusándola de haber sido contacto estrecho con una persona positiva de Covid-19 en el momento más crítico de la pandemia. Por eso se le aconsejó que se confinara.



Los servicios médicos del club le informaron puntualmente que por ese contacto estrecho con una persona positiva de Covid no podía salir de casa, como el resto de ciudadanos en la misma situación. Pero Queiroz se saltó las normas del club y de las autoridades sanitarias cometiendo un delito de salud pública e incumpliendo las normas del club.

Nadie se ha quejado de que se le impida jugar con su selección

Desde el FC Barcelona niegan taxativamente que el club le impidiera jugar con su selección. El equipo femenino del Barça, como el masculino, está repleto de jugadoras internacionales de diferentes nacionalidades y a nadie se le ha impedido acudir a las llamadas de sus selecciones, algo que no se corresponde con la denuncia, que se entiende como "surrealista" de la jugadora que actualmente está cedida al Levante y, por lo que se ve, con pocas ganas de volver a un equipo en donde la titularidad se vende muy cara.



El FC Barcelona entendió que su acto de indisciplina merecía una sanción y se le comunicó que sólo jugaría con el Barcelona B. Y en esta decisión nada tiene que ver el machismo, ni se trata de un acoso ni una agresión, sino de la aplicación de un principio de disciplina que es válido para todos. Si los internacionales multimillonarios del primer equipo están sujetos a unas normas, ella no puede ser una excepción.

La FIFA ha dado la razón al Barça

Pero la chica tenía ganas de guerra y denunció los hechos ante la FIFA como si se tratara de una campaña orquestada contra ella. Y la FIFA le dio la razón al FC Barcelona. Tampoco la ‘compliance officer’ del club encontró indicios ni comportamientos irregulares por parte del Barça hacia la jugadora.



El club estudió el caso de la jugadora a nivel interno y lo zanjaron por no encontrar ninguna prueba de irregularidad. El dato fundamental es que según la versión de Queiroz, el Barça pretendía impedir que la jugadora acudiera a la llamada de la selección brasileña. Teniendo en cuenta la cantidad de internacionales extranjeras que tiene el Barça y que jamás se ha presentado una reclamación por un asunto similar, la FIFA dio carpetazo al tema entendiendo que se trataba de la rabieta de una jugadora molesta porque no era titular en su equipo.

24 horas antes del Barça-Madrid con el Camp Nou lleno

La versión de la jugadora no se sostiene por ningún lado. Y llega precisamente 24 horas antes de que el Camp Nou se llene para asistir a la vuelta de los cuartos de final de la Champions League que disputarán ante 90.000 personas el Barça y el Real Madrid. 



Entre las propias jugadoras del Barça ha causado perplejidad la noticia. Ninguna ha tenido problemas jamás para acudir a la llamada de su selección. Y ese es el punto en el que se fundamenta la denuncia de Queiroz.

Esta es la carta de Gio Queiroz

Estimado Presidente,

No ha sido fácil llegar a este punto. Fueron muchos meses de angustia y sufrimiento. A pesar de todo lo que he pasado, hoy me siento capaz de denunciar las conductas abusivas que sufrí dentro del fútbol femenino del FC Barcelona.

Espero que mi testimonio sirva también para que otras mujeres que sufren o han sufrido algún tipo de abuso o violencia rompan el silencio, alcen la voz y denuncien a sus agresores.

No se puede aceptar ni tolerar la cultura el acoso y la violencia machista contra las mujeres. La gran mayoría de los agresores utilizan su poder dentro de las corporaciones para subyugar a sus víctimas, incluidas las más vulnerables, como son las menores de edad.

En esta carta intentaré dar una breve exposición de las experiencias que he vivido. La denuncia, con los detalles, principales fundamentos y demás pruebas ya han sido envida a la junta directiva. Los responsables de las conductas abusivas están perfectamente identificados.

Llegué al club en julio de 2020 con solo 17 años. Fui muy bien recibida por las jugadoras y el cuerpo técnico. Mi motivación era máxima y llegué con muchas ganas de aprender y crecer. Creía que con esfuerzo, dedicación y trabajo iba a evolucionar y tener mis oportunidades.

Los primeros meses fueron importantes en el proceso de adaptación. Estaba en una buena dinámica hasta que recibí la primera convocatoria de la Selección Brasileña. A partir de ese momento, comencé a recibir un trato distinto en el club.

Primero, recibí indicaciones de que jugar con la Selección no sería lo mejor para mi futuro en el club. A pesar del desagradable y persistente acoso, no le di importancia y atención al asunto.

Con el tiempo, las embestidas comenzaron a realizarse a través de otros mecanismos de presión dentro y fuera del club. Me estaban acorralando de una manera abusiva para que renunciara a defender a la Selección Brasileña. Se utilizaron métodos arbitrarios con el objetivo de perjudicar mi vida profesional dentro del club (las pruebas son parte de la denuncia).

En febrero de 2021 fui sometida a un confinamiento ilegal por parte de la jefe de los servicios médicos del club. Ella afirmó que yo era un contacto estrecho de un caso positivo en COVID-19. Desde el principio, yo intuía que los verdaderos motivos del confinamiento eran otros.

Como la orden de la médica era contraria al protocolo sanitario, contacté directamente con el Departament de Salut de Catalunya y pedí aclaraciones. La respuesta fue clara y contundente. Mi caso no era ni podía ser considerado un contacto estrecho según el protocolo sanitario vigente.

Al cuestionarla (a la jefa de los servicios médicos), ella respondió: "Tu caso es distinto. Fui autorizada para hacer un confinamiento especial para ti". Yo, indignada, aún pregunté: "¿Cómo que especial?". Ella evitó el tema y nunca me contestó. (las pruebas son parte de la denuncia).

Al final, me encerraron ilegalmente y no pude salir de casa. No podía entrenar ni tener una rutina normal. Estaba devastada. Esa arbitrariedad supuso también no viajar con el equipo a la final de la Copa de la Reina.

Tras cumplir la cuarentena impuesta, recibí la autorización de la FIFA para incorporarme a la Selección Brasileña en Estados Unidos, con pleno conocimiento del club. Antes de viajar y durante el periodo de concentración, me realicé varias pruebas PCR, siempre con resultado negativo.

Cuando regresé a Barcelona, me llamaron a una reunión con el director del club. En esa reunión fui acusada de haber cometido una grave indisciplina y que, por ello, sería apartada del equipo y sufriría graves consecuencias. Me quedé en shock.

Me acusaron de haber incumplido el confinamiento, de haber viajado sin autorización del club y sin el consentimiento de las capitanas del equipo. Intenté demostrar que eso no era cierto. Él estaba inflexible, bastante agresivo y, en tono amenazante, me dijo: "No te preocupes. Te cuidaremos bien".

Entré en pánico. Temí por mi futuro. Había participado en las campañas de la Fundación Barça para la aprobación de la Ley de Protección de Menores contra la Violencia y, al mismo tiempo dentro del club, yo estaba totalmente desprotegida.

Volví a casa completamente destrozada. Lloré muchas veces. Sentí un enorme vacío. No tenía fuerza para luchar por mis derechos.

A partir de ese momento, mi vida cambió para siempre. Estuve completamente expuesta a situaciones humillantes y vergonzosas durante meses dentro del club. Estaba claro que él buscaba destruir mi reputación, minar mi autoestima, degradar mis condiciones laborales y menospreciar e infravalorar mis condiciones psicológicas.

El hecho de ser menor no parece haber sido un impedimento, un dilema moral para mi agresor. Planificó y llevó a cabo cada una de sus incursiones sin objeción ninguna. Ciertamente, actuó con la sensación de impunidad, de que contaba con la protección de su cargo dentro del FC Barcelona.

Con el paso del tiempo, el abuso y la violencia psicológica se hicieron más intensos y destructivos. (Las pruebas son parte de la denuncia).

Los abusos nacen y se desarrollan en situaciones de desequilibrio de poder y en entornos que permiten tales prácticas mientras silencian y avergüenzan a sus víctimas. Las mujeres merecemos respeto y dignidad.

Si no hay un tratamiento preventivo y una orientación respecto a las actividades tóxicas en el ambiente laboral difícilmente el escenario cambiará. Estas conductas aún se practican debido a los conceptos culturales y estructurales de una sociedad patriarcal.

Es necesario un cambio, tanto en la forma de pensar como de actuar de las empresas para romper con patrones de siglos atrás que ya no pueden continuar.

El FC Barcelona no es responsable directo de las conductas abusivas denunciadas. El club debe ser responsable de velar por la integridad física, mental, psíquica y moral frente a cualquier forma de violencia, estableciendo una protección integral a través de la concienciación, prevención, protección y reparación del daño causado.

Mi vida personal fue profundamente afectada por estas experiencias degradantes y negativas. Es probable que los recuerdos, el trauma y sus efectos duren muchos años. Viví muchos meses de angustia y tristeza, inimaginable cuando llegué al club.

Hoy quiero dar el primer paso para recuperar plenamente mi libertad y estabilidad emocional y por eso decidí escribir esta carta abierta.

Espero que el Barcelona cumpla con su papel institucional y actúe de manera consecuente y transparente, investigando y denunciando los posibles delitos a las autoridades pertinentes.

También deseo que el club, a través de su presidente, se comprometa a implementar medidas efectivas para combatir el problema evidente y bien documentado del abuso moral, el acoso laboral y la violencia psicológica contra las mujeres.

Por último, quiero expresar mi profundo agradecimiento a todas las personas que me han ayudado y apoyado en los momentos más difíciles.

Atentamente

Giovana Queiroz Costa

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