Gareth Bale vuelve a reírse, una vez más, del Real Madrid manteniéndose fiel a su lema: "Gales, golf y Madrid, por este orden". Afortunadamente para el club blanco, la pesadilla Bale acabará dentro de tres meses, cuando finalice su vinculación contractual con el Real Madrid.
Bale no estaba en condiciones de jugar el clásico. Al menos eso le dijo a Carlo Ancelotti antes de que éste hiciera pública la convocatoria. Supuestamente unas molestias en la espalda se lo impedían. El tema le preocupaba tanto, que, como también es costumbre en él, ni se dignó en acercarse por el Bernabéu para animar a sus compañeros.
24 horas después se incorporaba a la concentración de la selección de Gales, feliz y contento y sin rastro de la lesión que le impidió ser convocado ante el Barça y que podría haberle permitido jugar ante la baja de Benzema y las dificultades que Ancelotti encontró para buscar una solución para el puesto de delantero centro.
El mosqueo en el club es enorme y para nadie en la zona noble es un secreto que Gareth Bale no va a vestir nunca más la camiseta del Real Madrid. Se esperará a que acabe su contrato, y puerta. Adiós, muy buenas.
Bale ha hablado hoy y ha dicho: "Es normal tener algunas molestias, pero en general estoy en bastante buena forma. Llevo entrenándome dos meses y medio. Estoy en bastante mejor forma que la última vez que estuve aquí concentrado. Estoy preparado para jugar sea como sea mañana". O lo que es lo mismo, las molestias en la espalda han desaparecido por arte de magia.
Aunque hace años que Gareth Bale está ejerciendo de exjugador, también aprovechó para descartar rumores sobre su posible retirada en verano: "No he pensado en eso en absoluto. Desde que supe que íbamos a estar en esta situación (la repesca de Gales para el Mundial), solo me he centrado en esto. Pensar en el futuro puede generar dudas, por eso no lo he hecho. Lo que pase en el futuro, lo decidiré en el futuro".