El madridismo está sorprendido y tiene motivos. Los dos futbolistas más cotizados de la plantilla del Real Madrid, los que más costaron y los que más cobran, Gareth Bale y Eden Hazard, no existen para Carlo Ancelotti.
Bale tenía molestias en la espalda y se lo puso fácil a Ancelotti para prescindir de él para el clásico. 24 horas después estaba entrenando como si nada con la selección de Gales cumpliendo su máxima: "Gales, goles, Madrid. Por este orden". Por supuesto, ni se presentó en el Bernabéu a ver a sus compañeros en acción contra el Barça, ni se le esperaba.
Lo de Gareth Bale es un caso perdido. Acaba contrato el próximo 30 de junio y adiós muy buenas. No se espera nada de él hasta entonces. El club se ha rendido. Desde que se inicio la temporada sólo ha jugado 66 minutos en Villarreal y 3 en París.
Y lo de Hazard es otra cosa. En las dos temporadas anteriores no jugó un sólo minuto ante el Barça por lesión. Sin embargo, su racha en los clásicos continúa. Ni jugó un minuto en la primera vuelta en el Camp Nou ni el pasado domingo en el Bernabéu. Estaba disponible, pero no jugó el clásico por decisión técnica del entrenador.
¿Y cómo se come que el jugador que más cobra de la plantilla no tenga nivel para jugar el clásico y por decisión técnica se quede fuera? Evidentemente, no es que a Hazard le falte nivel técnico para jugar contra el Barça y contra cualquiera. Eso está fuera de toda duda. De hecho, hace apenas cuatro años fue nombrado MVP de las Premier League.
Ancelotti no duda de su capacidad técnica, pero sí cuestiona su estado físico, algo que se ve en los entrenamientos. Lo ve él y lo ven sus compañeros. Hazard no está al nivel físico de los demás. No responde en los entrenamientos como los demás. Ese detalle ya es motivo suficiente para dejarle fuera del clásico, pero además Ancelotti no puede concederle privilegios porque las mismas carencias que le ve él, las aprecian sus compañeros, que no entenderían que alguien que no tiene físico para jugar recibiera el premio de su entrenador.
Lo cierto es que Hazard está más para jugar partidos de solteros contra casados. Lo sabe Ancelotti y lo saben sus compañeros. Lamentablemente, el técnico lo ha dejado perder. No fue capaz de marcarle el territorio desde el primer momento y él solo se ha ido perdiendo para el Real Madrid y para el fútbol.