Otro tanteo de escándalo en el Bernabéu: 0-4. Como el 0-4 y el 2-6 que le endosó Xavi al Real Madrid como futbolista en el Bernabéu. Ocho veces salió Xavi victorioso del coliseo blanco como jugador. En su estreno como técnico: 0-4. El Barça venía avisando. Había perdido la Supercopa y la Copa jugando bien. Y en Madrid se reían de Xavi por salir contento con las derrotas. Sabía de qué hablaba. Precisamente de esto: el camino más recto hacia la victoria es jugar bien. Y eso lleva haciendo el Barça los tres últimos meses, o al menos intentándolo. El equipo ha ido a más y a más y a más... hasta que ha llegado el Bernabéu. Y Xavi y su efecto la ha liado bien gorda cerrando la boca a muchos bocazas.
Por no poder, no puede el Real Madrid ni agarrarse al árbitro, una tradicional costumbre madridista cuando el resultado es adverso. Ha jugado tan rematadamente mal que ni ha pisado el área. Y la única vez que lo han hecho con peligro ha servido para dejar en evidencia a Vinicius, un sin vergüenza que a falta de goles y buenas jugadas ha intentado engañar al árbitro simulando un penalti que ha merecido la roja por trilero barato.
El Real Madrid no ha jugado a nada. Más o menos como siempre. La diferencia es que hoy no ha ganado. El entrenador, Ancelotti, no se ha enterado de nada y sus jugadores lo único que han hecho bien es protestar. Eso parece ir muy vinculado al ADN madridista. Ese dice que su equipo nunca se rinde y que lucha hasta el final. Hoy ha salido al campo derrotado porque el Barça le ha pasado por encima desde el minuto 1 al 90.
Xavi venía avisando. El Barça estaba creciendo, pero se reían de él en Madrid porque hoy se iba a ir del Bernabéu a 18 puntos, que al final han sido 9. Si el Barça, este Barça, gana en el Camp Nou al Rayo Vallecano, esa será la ventaja que le llevará el Madrid al Barcelona. Y aún tiene que jugar en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla y en el Metropolitano frente al Atlético. Y jugando así... puede perder en cualquier campo. En Vigo, en la próxima jornada, por ejemplo. De momento, el Barça ya tiene el goal average garantizado por si al final lo necesita.
Y es que se van acumulando las humillaciones: 2-6, 0-3, 0-4, 1-4, 5-0, 5-1... Y hoy 0-4. Resultados escandalosos que siguen pendientes de respuesta. A lo más que ha llegado el Real Madrid en los últimos años es a ganar al Barça por dos goles de diferencia. Las humillaciones son cosa del Barça y de Xavi, un especialista en ganar en el Bernabéu. Fue su jardín en su época de futbolista y lo sigue siendo como entrenador.
Hoy Xavi ha cerrado muchas bocas. Los que se mofaban de su estilo de juego "demodé" tendrán que envainársela. Xavi no ha perdido la oportunidad de presumir al término del partido del estilo Barça basado en la posesión. Sí señor, cuidando el balón se ganan partidos. Y se puede ganar por 0-4 en el Bernabéu aplicando el tikitaka que nada tiene que ver con el pelotazo que históricamente ha caracterizado a un Real Madrid que sin Benzema no es nada.
Se reían de la "hazaña" del Barça ganando al Galatasaray, "el undécimo en la liga turca". El Galatasaray le creó más problemas al Barça que el Real Madrid. De hecho el desplazamiento al Bernabéu ha sido el más sencillo que ha tenido el equipo blaugrana en toda la temporada. Unos lo basan todo la épica, al golpe de fortuna, al derroche... Otros lo basan todo en jugar bien. Y cuando el Barça juega bien, como hoy, obliga a los 60.000 aficionados que se han citado en el Bernabéu para ver a su equipo, a no verlo. El madridismo va a su santuario a ver a los suyos. Y gracias a Ancelotti, no los ha visto. Ha visto a once tipos de negro corriendo desesperados detrás de un balón siempre controlado por otros once tipos que lucían la senyera catalana.
El partido ha servido para dejar al descubierto las miserias de un Real Madrid que sin Benzema es muy poquita cosa. Que Vinicius es el timo de la estampita. Nunca tan poco estuvo tan sobrevalorado. También ha quedado claro que Modric y Kroos son ya exfutbolistas que han quedado en evidencia ante el fulgor de Pedri y Frenkie De Jong. Y que Courtois no va a ganar el Zamora, como pretendía. Y que se olviden de "Nacho selección" porque este chico va muy justito de nivel en compromisos importantes. Como Militao y Alaba, dos fenómenos que hoy han quedado en evidencia. Y que Ancelotti no se entera de la película, ha salido acongojado con dos delanteros como si el suyo fuera un equipo pequeño. Y al final el 0-4 ha sabido a poco porque si hoy el Barça se va con un 0-10 nadie se sorprendería tal y como ha ido el partido.
El Madrid no ha tenido hoy a Benzema, pero el Barça lleva toda la temporada sin Ansu Fati y nadie lo utiliza como excusa. Y además del repaso táctico, el Barça le ha dado al Real Madrid y repaso físico viniendo de jugar un partido muy duro en Estambul el jueves y de dos sesiones de avión de tres horas mientras los blancos esperaban tranquilamente preparando el partido de hoy.
"Nadie esperaba esto", decía Abelardo en Movistar. Y Ronaldo Nazario añadía en el descanso que "no esperaba un Barça tan bueno"... ¿Y por qué no lo esperaban? ¿Por qué tanta soberbia minimizando a un Barça que lleva dos meses avisando y que va creciendo partido a partido? Sólo un ignorante puede sorprenderse del resultado de hoy, porque se veía venir.
El clásico ha servido para reivindicar a Ter Stegen, que ha parado todo lo que le ha llegado. Ha elevado a los altares a Araujo, que ha dejado claro que es más rápido que Vinicius, al que marcaba, y que tiene más gol que él. Piqué ha estado perfecto. Y el vilipendiado Eric García (no gusta en Madrid que sea catalán) ha alcanzado el nivel de Beckenbauer. Pedri ha vuelto a asombrar. Frenkie vive su mejor momento y la llegada de Aubameyang es una bendición de Dios. ¡Qué pedazo de futbolista marcando goles y dando asistencias! Y Ferran, que va cogiendo el tono. Y Dembélé. Si Laporta no consigue que se quede se arrepentirá más que de la marcha de Messi.
Este Barça enamora. Es cierto, sigue a 12 puntos del Real Madrid que son 9 si se impone la lógica ante el Rayo. Pero esa diferencia se la ha ganado a pulso un equipo que no era el Barça. Al menos este Barça. Con Pedri y Dembélé lesionados y sin Aubameyang, Ferran, Adama y Alves. Aquel Barça que tiró La Liga en 2021 nada tiene que ver con el actual, que es el mejor sin discusión. Probablemente al Madrid le llegará para ser campeón. Pero no habrá demostrado ser el mejor. El lamparón del 0-4 le perseguirá incluso cuando vayan a Cibeles a celebrarlo.
Pero no está claro que esta caricatura de equipo que se ha visto en el Bernabéu sea capaz de aguantar el tirón en las últimas nueve jornadas. Hay que verlo.
El barcelonismo está hoy feliz. Y no sólo porque el Barça ha vencido en el clásico, sino porque también ha convencido. Y eso es lo que le gusta a la afición barcelonista. Otros se quedan con el resultado y la épica. Eso no basta en el Barça. Por eso existe un ADN que define al equipo barcelonista, el de jugar bonito. Como hoy. Los otros a dar patadas y a protestar. ¿Y a no rendirse jamás y luchar hasta el final? Va a ser que no.