Vinicius, el sobrevalorado futbolista del Real Madrid a quien la prensa del movimiento de Florentino encumbra ya a Balón de Oro, estuvo muy nervioso durante todo el clásico. El chico no acaba de madurar y sigue siendo una promesa pese a estar ya talludito a sus 21 años. Buscó la provocación y el contacto y al final Eric Garcia se lo dijo en la cara burlándose de él: "Tú el año que viene, Balón de Oro".
Y si Vinicius se lo tomó como una ofensa será señal de que él mismo sabe que esas cosas no están hechas para él.
Una forma fina de poner en su sitio a este futbolista que, sin Benzema a su lado, tenía que tirar del carro del Real Madrid y sólo lo condujo al abismo del desastre.
No le salió nada bien, cuando tuvo la oportunidad, hizo gala de su tradicional punto de mira desviado y sólo generó peligro simulando un penalti de vergüenza ajena.
Piqué tuvo que acudir a aconsejarle, como si fuera su padre, para que se calmara e intentara jugar a fútbol dejándose de provocaciones, pero hizo caso omiso.
Al final del partido Eric García no pudo aguantar más y se lo dijo a la cara: "Tú el año que viene, Balón de Oro". El problema de Vinicius es que se lo ha creído tanto, que ese recordatorio le debió sentar a humillación total. Nunca un futbolista estuvo tan lejos del Balón.
Por cierto, Eric Garcia, otro catalán que no cae bien en el Bernabéu, ofreció una exhibición de juego ante ese público y esos medios propagandísticos que reclaman a Nacho en la selección en su lugar. Nacho es el mismo que ayer no dio una a derechas ante Dembélé.
Eric García no sólo fue un bastión frenando los tímidos avances del Real Madrid sino que demostró su polivalencia sacando balones con criterio y dando origen a contrataques que acabaron en gol. Lección magistral ante otros dos sobrevalorados: Militao y Alaba, que corrieron como pollos sin cabeza detrás del balón generando huecos por todas partes por donde entraron los delanteros del Barça como si estuvieran en el jardín de su casa.