Si LaLiga hubiera empezado el 1 de enero de 2022 el Barça sería líder empatado con el Villarreal a 17 puntos, aunque habiendo jugado un partido menos. El Real Madrid sería quinto y estaría fuera de las plazas que dan acceso a la Champions League.
La última derrota del Barça en LaLiga se remonta al 4 de diciembre de 2021, cuando el Betis se llevó los tres puntos del Camp Nou con un 0-1. Desde entonces, el Barça no ha vuelto a perder, y únicamente se ha dejado cuatro puntos por el camino, los dos del empate en Granada y los dos dem empate en Cornellà.
El balance de los siete partidos disputados se salda con 17 goles a favor y 6 en contra. Por detrás estarían el Sevilla y el Atlético de Madrid, con un punto menos, y en la quinta posición, y fuera de los puestos de Champions, el Real Madrid, con tres puntos menos. El Espanyol estaría en zona de descenso y el Rayo, que inicio la temporada en zona Champions, sería el colista.
El Barça lo tiene sumamente difícil para luchar por LaLiga. Tendría que producirse un cataclismo en el Real Madrid, aunque estando Carlo Ancelotti en el banquillo blanco es una opción que no conviene descartar.
De todas formas, el Barça ha concedido demasiadas facilidades al Real Madrid, que se ha aprovechado del nefasto inicio de temporada blaugrana para sumar puntos sin brillo, pero suficientes para disfrutar ahora de una cómoda ventaja de 15 puntos, que serán 12 si el Barça vence en su partido aplazado ante el Rayo Vallecano y pueden ser 9 si los hombres de Xavi confirman su progresión y vencen en el clásico del Bernabéu. A partir de ahí, habría que mantener el nivel victorioso mostrado hasta ahora y esperar hasta tres derrotas del Real Madrid.
Es posible que el Barça no llegue a tiempo para luchar por esta Liga, pero lo que parece claro es que estará muy preparado para dejar las cosas claras desde el principio de la próxima. De hecho, el Real Madrid está donde está porque no ha encontrado oposición más que por los méritos que ha contraído con su cuestionable juego absolutamente dependiente de Benzema y Vinicius.
Se reían de Xavi en Madrid cuando valoraba positivamente las derrotas en la Supercopa y la Copa del Rey. Él sabía lo que decía porque conoce muy bien el club y sabe que en el Barça no es suficiente con ganar. Hay que jugar bien. Lo de ganar de cualquier manera va en el ADN de otros. Xavi sabe que en el Barça el camino más recto para ganar es jugando bien. Y puso los cimientos para que sus jugadores asimilaran su estilo de juego. Y el Efecto Xavi ya está aquí: vencer y convencer. De eso va el efecto Xavi.