El futuro de Kylian Mbappé marca el destino de Leo Messi. El PSG lo apuesta todo a la renovación de Mbappé y en el todo se incluye a Messi y Neymar. El club parisino está dispuesto a desprenderse de ambos si así hace feliz a Mbappé y consigue retenerle en el Parque de los Príncipes.
El PSG-Real Madrid disputado la pasada semana en el Parque de los Príncipes abrió los ojos del dueño del PSG, el emir qatarí Tamin Al-Thani. La presencia de Leo Messi y Neymar en el equipo de su propiedad no compensa la posible marcha de Mbappé. Y el club ha redoblado todos sus esfuerzos para tratar de convencer a Mbappé para que dispute el Mundial de Qatar en otoño siendo propiedad de Qatar. El objetivo es renovarle por dos años con el compromiso de dejarle marchar al término del plazo.
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Y si para conseguir la continuidad de Mbappé es necesario sacrificar a Messi y Neymar, a Tamin Al-Thani no le temblará el pulso. Así se entiende la petición de la madre de Mbappé, Fayza Lamari, descolgándose con una petición a Florentino Pérez como 130 millones de prima de fichaje. La madre del jugador ha unido sus fuerzas al PSG. Tampoco ella quiere que su hijo abandone Francia.
Y hasta Emmanuel Macron, el presidente de la República, ha entrado en escena para interceder por la conitnuidad de Mbappé en el fútbol francés. Las presiones son agobiantes y a medida que transcurren los días crecen las posibilidades de que Mbappé permanezca en el PSG. RMC las cifraba a día de ayer en un 35% cuando hace apenas quince días eran de un 1%.
Messi es consciente de la situación y se encuentra incómodo. Acostumbrado a ser el centro de los focos, su nuevo papel de actor secundario le viene de nuevo y no lo acaba de encajar. Cuando dejó el Barça no esperaba que en su nuevo destino se plantearán deshacerse de él en menos de un año. Y ha vuelto la vista de nuevo al Barça, su casa.
Messi echa de menos el nivel de confort y protección que disfrutaba en el Barça, donde nadie discutía su posición hegemónica y vivía feliz con su familia. No ha conseguido adaptarse a su nueva vida una vez apagadas las luces del glamour parisino que le sorprendieron a su llegada. Y en el campo sufre el sistema de juego de un equipo pensado para el lucimiento de Mbappé y no el suyo.
Y su padre ha llamado a Laporta, según informa El Nacional. Es un movimiento lógico teniendo en cuenta la situación de inestabilidad que vive en Francia. Los Messi son conscientes de que el PSG tendrá que ofrecer la cabeza de Messi a Mbappé si pretende retenerle en París, y han empezado a moverse, especialmente cuando el entorno del club expande la noticia de que Zidane llegará para sustituir a Pochettino y que con él vendrá Cristiano Ronaldo.
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Y por ahí no pasa Messi. No se fue bien del Barça, esperaba una oferta a la baja que nunca le llegó y que estaba dispuesto a aceptar. Y su salida le pilló por sorpresa, sin poder despedirse de su afición, la única que había tenido hasta el mes de agosto. La afición fiel que siempre le quiso, desde el primero hasta el último día.
Por otro lado, Jorge Messi sabe que ha desaparecido del Barça Ferran Reverter, el CEO que fue responsable directo de la marcha de Messi, y no ignora que el club está reconduciendo su situación de crisis económica. Y no se le caen los anillos para volver a negociar con Laporta un contrato a la baja para jugar de nuevo con el Barça.
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Ahora mismo en la cabeza de Messi no cabe otra cosa que callar bocas con una buena actuación en el Bernabéu que le permita seguir aspirando a su sueño de ganar su quinta Champions League y cerrar su ciclo europeo en el Barça despidiéndose de su afición antes de lanzarse a su prevista aventura americana, junto a Luis Suárez, para jugar tres años sin exigencias en la liga nortemaericana enrolado en el Inter de Miami de David Beckham.
Xavi recibirá a Messi con los brazos abiertos. Si ha aceptado el regreso de Dani Alves, ¿como no va a bendecir el de quien él considera mejor futbolista de la historia?