Tensión entre Florentino y Al-Khelaïfi en la comida de directivas
Lejos de participar en un encuentro cordial, los comensales miraban el reloj para dar por acabado el banquete.
La cita no fue en el mejor restaurante del mundo, el Guy Savoy, como se había anunciado. Tampoco fue en una cena el día de San Valentín. Amor no es precisamente lo que Nasser Al-Khelaïfi, el administrador del PSG, le profesa a Florentino Pérez, pese a que hasta no hace mucho eran íntimos amigos.
Ambiente tenso
La cena en el Guy Savoy fue cancelada por parte del club anfitrión. ¿Era demasiada hospitalidad para un club rival como el Real Madrid? La cuestión es que el encuentro quedó reducido a un almuerzo previo al encuentro.
Al-Khelaïfi sustituyó un tres estrellas Michelin a 350 euros el cubierto por el Pavillon de París, de una estrella y en donde se puede comer por 250 euros. Aún así, el representante del club estado qatarí ofreció a la delegación madridista una muestra de su poderío cerrando la primera planta para la comida de directivas.
Normalmente en estas comidas se aprovecha para hablar de futbolistas, de negocios potenciales, de informaciones confidenciales sobre los rivales... Nada de eso sucedió este mediodía. Con la figura de Mbappé presente y la confrontación que mantienen Real Madrid y PSG respecto a la Superliga, el ambiente en el local fue tenso, muy tenso.
Los comensales estaban más pendientes de liquidar el ágape cuanto antes, mirando el reloj a la espera de los cafés y poder marchar cuanto antes del lugar. Nadie se encontraba cómodo ahí.
Ya había empezado la comida cuando llegó Florentino
Florentino Pérez, Emilio Butragueño y Ángel Sánchez, la representación del Real Madrid, hicieron acto de presencia a la una del mediodía. Les estaban esperando Al-Khelaïfi, Leonardo y otros miembros de la junta parisina. Y según apunta el diario Marca, los presentes ya habían empezado a dar cuenta de las viandas. Al-Khelaïfi ha debido interpretar como una falta de respeto el pequeño retraso del presidente blanco atendiendo a su cargada agenda. Y ha respondido con otra muestra de soberbia incumpliendo el protocolo.
No hubo foto de recuerdo de la comida, como estaba previsto, y la conversación giró en torno a temas vanales. El nombre de Mbappé no salió en ningún momento. Tampoco hablaron de la Superliga.
Mucha tensión entre los representantes de dos clubes cuyas relaciones institucionales no atraviesan su mejor momento. El encuentro duró apenas una hora y veinte minutos. Por supuesto, sin sobremesa.
