Gerard Piqué ha decidido, y así se lo ha comunicado a Xavi Hernández, poner fin a su carrera como futbolista al término de la presente temporada. Piqué entiende que el fútbol es incompatible con la vida que quiere llevar. Las nuevas normas impuestas por Xavi le afectan directamente, y alguna de ellas no las puede (ni quiere) cumplir.
Xavi exige máxima concentración a sus jugadores, tal y como el propio Piqué le reclamaba a Dembélé la temporada pasada. Y no va a hacer excepciones. Ni Copa Davis, ni Mundial de Globos, ni presidencia del Andorra, ni negocios con Ibai Llanos, ni nada... Piqué, además, generaba mal ambiente en la plantilla, y ya se lo han explicado a Xavi los propios jugadores, porque entendían que tenía tratamiento de "privilegiado" para hacer su vida al margen de sus obligaciones profesionales.
Alguno incluso lo ha achacado a su habilidad para conseguir para el club un patrocinador, Rakuten, que ni los directivos ni los ejecutivos de la entidad fueron capaces de encontrar.
Las nuevas normas de sentido común que ha impuesto Xavi en el vestuario impiden a Piqué continuar en el Barça. Y mientras llega ese momento, el 30 de junio, Piqué se verá obligado a delegar en sus obligaciones profesionales extra Barça.
Xavi ha cortado de raíz el desmadre del vestuario. "Hay que poner oden", dijo el día de su presentación. Y los tiros apuntaban fundamentalmente a Piqué y su agenda repleta de actividades que no son compatibles con la vida de un futbolista del FC Barcelona. Al menos a partir de ahora.
A Xavi le importan muy poco los negocios de Piqué y lo que no hará, como sucedió en la época de Ernesto Valverde, es permitirle que falte a dos entrenamientos y programar el tercero por la tarde para que Piqué pueda llegar a tiempo después de desplazarse a Nueva York para presentar la Copa Davis.
Y Piqué ha entendido el mensaje. No va a renunciar a su actividad empresarial porque por ahí ha enfocado su futuro profesional. Sabe que como futbolista le queda poco. Un año, dos a lo sumo. Pero si no puede compaginar su faceta de deportista con la de empresario, como es el caso, dará un paso a un lado y lo dejará al término de esta misma temporada. Y Xavi ya conoce cuáles son sus intenciones.
Piqué no desea convertirse en un problema para Xavi, a quien quiere como a un hermano. Y si su presencia en la plantilla va a suponer un obstáculo para que el nuevo técnico pueda hacer su trabajo de acuerdo con su filosofía, lo dejará. No hará falta que nadie se lo pida. Aunque tenga contrato en vigor, dejará el fútbol, porque tampoco tiene intención de jugar en otro equipo que no sea el Barça.
Ya lo ha dejado entrever en alguna de sus últimas entrevistas y cumplirá su palabra. En esta fase de su vida, el dinero es lo de menos. Y ahora pesa más en su orden de prioridades consolidar su modelo de Copa Davis que seguir en un equipo de fútbol con el que ya lo ha ganado todo.
Por otra parte, tampoco está dispuesto a arrastrar su nombre por los banquillos. Xavi le ha confirmado sus planes para la próxima temporada y le ha informado de que su papel ya no será el mismo y tendrá que dejar paso a los jóvenes para liderar el centro de la zaga. Eso seria tanto como voncertir el futbol en un trabajo para Piqué, algo que nunca ha sido así en su vida. Para él el fútbol siempre ha sido una diversión.
Piqué dejará el fútbol el 30 de junio con 35 años.