De poco ha servido que Xavi Hernández dijera en su presentación como entrenador del Barça que podía hacer de Dembélé "el mejor futbolista del mundo". La fe ciega del nuevo técnico blaugrana en Dembélé, a quien quiere convertir en el referente de ataque en el equipo, no ha ablandado sus reivindicaciones economícas. Al contrario, Dembélé y su agente se han crecido.
Joan Laporta se lo dijo a Xavi al término de la rueda de prensa de su presentación: "Te has pasado". Laporta era consciente de que los halagos de Xavi Hernández al delantero francés sólo servirían para endurecer la negociación que mantiene con Moussa Sissoko desde hace meses.
El presidente blaugrana esperaba que la llegada de Xavi sirviera para mejorar la áspera relación que mantiene el club con su agente. Pero lejos de ayudar, la ha empeorado. Una vez conocido que para el entrenador puede ser el mejor jugador del mundo, Dembélé no se conforma con la propuesta del Barça y quiere ser recompensado salariamente de acuerdo a lo que el técnico piensa de él.
Y la oferta del Barça no es precisamente tentadora. Dembélé cobra ahora mismo doce millones netos, que el club quiere dejar en siete, ofreciéndole la zanahoria de una serie de bonus por partidos jugados y títulos que podrían llegar a acercar la suma de los ingresos a lo que percibe ahora, pero sin llegar a igualarlo.
Y sobre la mesa Moussa Sissoko tiene dos ofertas de la Premier League: Manchester United y Liverpool. Ambas ofrecen unas condiciones económicas similares. Mantienen los 12 millones netos que cobra ahora Dembélé en el Barça y, además, añaden una prima de fichaje, de 20 millones en el caso del Liverpool, y de 25 en la oferta del Manchester United.
Y Dembélé se lo piensa porque es consciente de que va a perder mucho dinero en los próximos tres años si renueva con el Barça, alrededor de 30 millones. Y se encuentra ante la disyuntiva de coger el dinero y salir corriendo o aceptar la oferta del Barça y confiar en que Xavi Hernández cumpla su palabra.
El problema de Dembélé son las lesiones, y si entre el cuerpo técnico y el médico no le ponen solución, lo suyo seguirá siendo apuntar lo que luego no puede consumar por falta de regularidad.
Laporta confía en que Xavi sea capaz de seducirle. Si no lo consigue, el Barça intentará venderle en el próximo mercado de invierno, para que su marcha deje algún beneficio en el club, aunque tanto Liverpool como Manchester United mantienen su oferta siempre que llegue con la carta de libertad.
Lo que es seguro es que Dembélé no correrá la misma suerte de Ilaix Moriba. Laporta le amenazó con no volver a vestir la camiseta del Barça si se mantenía en su postura de no renovar, pero la llegada de Xavi puede cambiarlo todo y, aún sin renovar, el Barça podría beneficiarse del juego de Dembélé en lo que resta de temporada... si antes no es traspasado.
De cualquier forma, Laporta no está dispuesto a dilatar el tema por más tiempo. Quiere saber a qué atenerse en el mercado de invierno y le ha exigido al agente del jugador que se pronuncie antes de diciembre.
Pero el hecho de que Dembélé haya estado dando largas durante toda la temporada, y más desde que Xavi le hizo su declaración de amor, ya es una pista para los gestores del Barça de que no existe mucho interés, por no decir ninguno, para renovar el contrato que le vincula al Barça, entre otras razones porque Dembélé sospecha que Laporta le quiere renovar para hacer negocio con él el próximo verano, y considera que antes de que sea el club quien se beneficie de una operación millonario, prefiere que el dinero quede en su bolsillo.